Los perros piensan en “lo que se hace” con un objeto, no solo en “cómo se ve”

Los perros con talento para el vocabulario pueden hacer mucho más que diferenciar una cuerda de una pelota: son capaces de transferir nombres aprendidos a objetos completamente nuevos, siempre que el uso sea el mismo. No se fijan en el aspecto, sino en cómo y para qué se utiliza cada cosa durante el juego.

Fuente