Ferit, hundido, suplica a Seyran que salve a su padre

Tras llamarla llorando, Ferit se ha encontrado con Seyran, mostrándose más vulnerable que nunca. «Yo estoy mal, Seyran. No puedo hacer nada. Destrozo la vida de todos», ha dicho, consumido por la culpa. Ha intentado justificar a su padre, asegurando que Orhan solo quería «asustar» a Kazim, pero que todo se descontroló.

Roto por la situación, Ferit ha admitido su soledad y desesperación, reconociendo el poder que ahora tiene Seyran sobre su vida y la de su familia: “No tengo a nadie más a quien acudir para pedir ayuda que a ti. Estoy solo. Por favor. Solo tú puedes ayudarme, Seyran”.

Agarrándose a ella como su única salvación, le ha rogado que traicione la promesa que le hizo a su padre: “Convence a tu padre. Dile que retire la denuncia, por favor”.

La desesperación de Ferit ha ido a más y le ha rogado que lo ayude, prometiéndole que le deberá la vida. Ahora Seyran se enfrenta a la decisión más difícil de todas: ser leal a su padre o ayudar a la familia del hombre que quiere.


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