José Luis de la Cruz comenzó hace cuarenta y cinco años a montar exposiciones filatélicas. Desde entonces ha adaptado colecciones de sellos a espacios de no pocos lugares en Asturias y también en España. Es, además, vicepresidente de la federación asturiana de filatelia y responsable de patrimonio de la federación española de filatelia. De la Cruz recibió ayer la insignia de oro de Exfiavilés, que es la muestra anual que organiza la asociación filatélica avilesina, que preside José Ramón Pérez Rumoroso. «Es una gran alegría recibir esta distinción y más del grupo filatélico de Avilés, que son amigos», expresó el allerano de Oyanco (Moreda), que ha montado también no pocas muestras de sellos que la federación internacional ha promovido estos años en diversos puntos de España.
A su lado, estaba Rafael Macarrón, que recientemente ha obtenido un Oro en una feria internacional celebrada en Seúl (Corea del Sur) por su Historia postal de Puerto Rico. El coleccionista impartió ayer una conferencia, la última de esta última edición de Exfiavilés y la previa a la comida de despedida de unas jornadas que comenzaron el pasado lunes. La ponencia de Macarrón se tituló «Empresas marítimas numerales de Cuba» que versó, sobre la historia de una carta que viajó en un barco desde Cádiz hasta La Habana y de ahí hasta la ciudad de Trinidad. Era la carta «número 9». Macarrón investigó el paradero de esa misiva y continuó la labor que realizó el historiador español Francisco Piniella, y ayudó a desmontar la teoría de otros especialistas cubanos y norteamericanos que negaban la existencia de esa carta número 9. Al final, resultó ser una correspondencia entre dos hermanos. Macarrón también aportó a Exfiavilés su colección del «Correo marítimo de Cuba con el exterior, desde el siglo XVII hasta 1871».
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