Esteve Rubio, padre de Ricky: «Llegó un momento en que se volvió demasiado profesional. Y petó»

“Hay que poner una regla para valorar que con cierta edad uno no está preparado para debutar en un equipo profesional. Es un mundo muy peligroso donde estás abierto a muchas cosas”, afirmaba días atrás Ricky Rubio tras debutar Mohammed Dabone en un amistoso con el Barça a los 13 años. Él lo hizo en la ACB con 14 en la Penya y sigue ostentando el ‘récord’ de haber sido el jugador más precoz en debutar en la máxima categoría española. Su padre, Esteve Rubio, recibe a El Periódico en su casa en Alella para repasar cómo fue aquella época y cómo lo ve a día de hoy.

¿Como padre, se vive con miedo el debut de un hijo tan joven como Ricky en una liga profesional?

Es complicado. Nuestro hijo mayor, Marc, ya lo había hecho con la Penya a los 16 y Ricky arrasó con absolutamente todo a los 14. Tenía ficha de cadete. Nunca pensamos que llegaría dónde llegó, solo queríamos que hicieran deporte y se lo pasaran bien.

¿Se lo pasaba bien?

A Ricky siempre le gustó el baloncesto, lo había visto en casa. A los 11 años tuvo una época que quiso probar el fútbol y lo dejó unos meses. Jamás le hemos dicho que no a nada. Queríamos que hiciera deporte, nos daba igual cuál. Que aprendiera los valores. Nos daba igual que se dedicara a ello.

Usted fue entrenador, ¿se imaginaba cómo le irían las cosas?

Marc tenía un talento innato muy grande, pero a Ricky le veías algo especial. A los cinco o seis años ya cogía una pelota y era muy distinto. Veía las cosas antes que los demás, tenía una facilidad increíble. Ahora, de ahí a pensar que los dos podrían jugar en el primer equipo de la Penya y que Ricky acabaría en la NBA… No. Nunca.

Marc ya tuvo un debut precoz, ¿facilitó eso las cosas a Ricky o a ustedes para comprender lo que ocurría?

Costó mucho igualmente. Su hermano le abrió mucho el camino, pero igualmente fue difícil. Marc desde pequeño lo hizo muy bien, estuvo en la selección española desde infantiles y luego llegó Ricky, el pequeño, y le pasó por delante como una moto. No fue fácil de gestionar a nivel familiar. Laia, la pequeña, también jugaba y mi mujer y yo teníamos que partirnos para poder estar con todos por igual en la medida de lo posible. Estábamos preocupados por cómo se asentaría todo. A veces nos cortábamos un poco para no poner a Ricky tan por encima para intentar equilibrar las cosas. Al final era una cuestión de educar a nuestros hijos fuera en el básquet o en cualquier otra cosa.

Ricky llegó un momento que cruzó la línea y se volvió incluso ‘demasiado’ profesional’. Es demasiado exigente y quizás por eso terminó petando como petó.

Esteve Rubio, padre de Ricky Rubio, repasa las fotografías de uno de los álbumes de Ricky. / Zowy Voeten / EPC

¿En qué momento el básquet dejó de ser un ‘hobby’ más?

Ricky llegó un momento que cruzó la línea y se volvió incluso ‘demasiado’ profesional’. Es demasiado exigente y quizás por eso terminó petando como petó. Quizás no fue empezar tan pronto, sino la forma en la que se autoexigía con todas las cosas, y el básquet sin duda era una de ellas. Era su carácter. Ha aprendido a serlo menos con los años. Después de un año sin jugar parece que por fin vuelve a disfrutar. Hace tiempo que estaba demasiado tenso, en el Barça aún lo estaba por la autoexigencia. Todavía la tiene, y creo que la tendrá siempre, pero ha pasado a otro plano.

¿Cree que haber asumido el rol de profesional más tarde le hubiera evitado algunos de los problemas de salud mental?

Nunca lo sabremos. Cada uno es un mundo. Pero yo creo que le hubiera pasado exactamente lo mismo porque era un tema de la forma de tomarse las cosas.

¿Cree que habría que regular la edad de entrada en las ligas profesionales?

Sí, se podría intentar. Ya se hace en la NBA, por ejemplo. Hace años era necesario haber terminado el instituto y ahora se tiene que haber completado un año de universidad. Pero aquí no se ha planteado nada así. Todos los clubes, cuando fichan un chaval de 10 años te dicen que mirarán por sus estudios, pero lo que les importa es que juegue. También creo que no puedes frenar una cosa que sabes que pasará.

¿De qué depende que salga bien?

De la madurez y también del entorno familiar. No tienes que pensar que tu hijo llegará a ser Messi, sino que sea feliz y que tenga opciones el día de mañana. Hay mucha frustración después y cuanta más expectativa pones, peor. Los padres tenemos mucha responsabilidad en la presión que traspasamos a los hijos y hacerlo puede hacer que terminen estrellándose. También es crucial el entrenador. Los habrá que querrán ponerse medallas y no tendrán en cuenta las consecuencias. Aíto García Reneses, en el caso de Ricky, fue un gran entrenador, llevaba muchos años en esto y supo hacerlo correctamente. Decidimos que Ricky no daría entrevistas hasta los 18 años y pactamos que no iría a algunos entrenamientos para poder seguir estudiando.

Entrevista a Esteve Rubio, padre de Ricky Rubio, sobre el debut de jugadores jóvenes en ligas profesionales.

Entrevista a Esteve Rubio, padre de Ricky Rubio, sobre el debut de jugadores jóvenes en ligas profesionales. / Zowy Voeten / EPC

Ricky con 14 años tenía la cabeza muy muy bien amueblada y casi no nos hacía falta ponerle límites. No era un chico de 14 años normal, ni dentro de la pista ni fuera. Siempre fue muy responsable y razonaba absolutamente todo.

¿Ricky era consciente de lo que estaba viviendo entonces?

Ricky era consciente dentro de lo que puedes ser con 14 años. Tenía un desparpajo brutal y una madurez mayor a lo que le correspondía por edad. Aíto me lo decía, que no había visto nunca que jugadores americanos de más de 30 años le hicieran caso a un chaval de 14. No nos entraba en la cabeza. Los agentes americanos me decían que Ricky ‘tenía luz’ de forma natural.

¿Se les puede seguir poniendo límites a los chicos cuando ganan tanto dinero y tienen tanta fama?

Sí, pero cada chico es un mundo. Ricky con 14 años tenía la cabeza muy muy bien amueblada y casi no nos hacía falta. No era un chico de 14 años normal, ni dentro de la pista ni fuera. Siempre fue muy responsable y razonaba absolutamente todo. Era reservado pero cuando hablaba con nosotros a veces nos dejaba tiesos con las reflexiones que nos compartía.

¿Hasta qué punto el debut de Ricky y Marc fueron una apuesta personal?

Ellos elegían siempre lo que querían hacer, pero nosotros apostamos siempre por los tres, por Laia también. Nuestra vida, durante años estaba organizada alrededor de las competiciones de los tres, los partidos, selecciones, torneos, Mundiales, Europeos. Nuestras vacaciones eran ir a verlos jugar. Muchos amigos nos decían que por qué no íbamos de viaje y hacíamos esos sacrificios. Jamás fuimos de vacaciones, ni a esquiar. No nos hacía falta, a mi mujer y a mí eso era lo que nos motivaba, verlos jugar felices.

En la época de Ricky no había tantas redes sociales. ¿Cómo cree que es ahora?

En su época era distinto. Ahora es una locura. Aquí todo el mundo puede decir cualquier cosa anónimamente. En la vida real a mí mis padres me enseñaron que lo que decía a una persona tenía que poder decírselo a la cara. Esconderse detrás de un perfil falso para escribir mensajes hirientes, es muy peligroso. Y en chicos tan jóvenes imagínate como debe ser gestionar todas esas críticas. Están muy expuestos.

Incluso la vida personal.

Sí. Por suerte Ricky siempre llevó una vida personal muy discreta y aún así, le habían perseguido para sacarle fotos. La presión mediática siempre la gestionó bien. Lo llevaba más por dentro, aunque quizás lo llevó peor de lo que creíamos y por eso terminó petando.

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