El alfasino Héctor Álvarez logra la medalla de bronce en el Campeonato de Europa

Héctor Álvarez (Alfaz del Pi, 2006), es un diamante en bruto para el ciclismo español. El joven corredor, de 18 años, es un cheque en blanco para el deporte español. Elegido mejor ciclista júnior del pasado año, este otoño ha confirmado su progresión con dos actuaciones portentosas

En el Mundial de Kigali (Ruanda), en su primera cita sub-23, el alfasino dio al poste con una cuarta plaza. Pero este sábado, en el Europeo de Drôme Ardèche, no ha perdonado.

Héctor ha sido el más rápido en el sprint del grupo perseguidor, lo que le ha permitido colgarse la medalla de bronce, segunda presea en una cita continental tras la plata del pasado año en la prueba júnior en Limburgo.

Los registros del alfasino, que cumple su primera temporada en la estructura del Lidl-Trek, pulverizan, a su misma edad, los de mitos vivientes como Indurain, Contador o Valverde, algo que ruboriza a Héctor Álvarez cada vez que se le recuerda el dato.

El bronce de este sábado no se puede entender sin el buen trabajo del equipo español. Adrià Pericas, Pau Martí, Daniel Cepa, Adrián Benito y Pablo Lospitao han sido los compañeros de Héctor en la etapa, de 121 kilómetros de recorrido y con ocho ascensiones destacando el puerto de Val d’Enfer, determinante en el desenlace de la prueba.

La dureza de la prueba fue desgastando al pelotón, que apenas superó las 50 unidades a 50 kilómetros de la línea de meta.

La última ascensión a Val d’Enfer fue clave para la victoria final. El belga Jarno Widar, ganador del oro, se marchó junto con el francés Maxime Decomble, para disputar la victoria.

Por detrás, Héctor Álvarez aguantó en las rampas más duras y esperó hasta el sprint, donde volvió a demostrar sus dotes de clasicómano. Supo esperar su momento para acelerar en el momento justo y llevarse el premio.

Final de infarto

Una vez finalizada la prueba, y con la medalla de bronce al cuello, el alfasino repasó el desenlace de la prueba.

«Nos hemos quedado un grupo de unos ocho corredores que nos estábamos jugando las medallas. Sabía que era rápido, he jugado mi carta, he arrancado desde lejos, y he tenido un buen susto porque me ha saltado el cambio en el último sprint”, ha recordado Héctor Hernández.

“Ha sido un final de infarto, pero estoy contento con este resultado», ha señalado el alicantino a los medios de la Federación Española de Ciclismo.

Héctor es un producto 100% alfasino. Es hijo de Luis Gerardo Álvarez, entrenador y presidente del Club Ciclista Alfaz, una de las escuelas más prestigiosas de la Comunidad Valenciana, por la que pasó otro corredor ilustre, el javiense Juan Ayuso, la gran esperanza española para recuperar el trono de las grandes vueltas

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