Si hay una cita que es sinónimo de ‘Juegos Deportivos del Guadalentín’ esa es la Travesía Nocturna de Montaña. Y es que, desde la primera edición de la olimpiada lorquina, la travesía se ha consolidado como uno de los eventos deportivos más multitudinarios de cuantos tienen lugar en el municipio durante los meses de septiembre y octubre. Así las cosas, este viernes se presentaba la cuadragésima sexta edición del evento, que tendrá lugar los próximos días 11 y 12 de octubre, en un lugar aún por descubrir.
Presentación de la travesía, este viernes. / L.O.
El concejal de Deportes, Juan Miguel Bayonas, junto al director de los JDG, José Luis Lozano, y los representantes de la Asociación Lorca-Santiago, Alfonso Mula, Juan Cánovas y José Antonio González, eran los encargados de informar acerca de la travesía, que volverá a contar con tres niveles de participación: larga: entre 18 y 22 kilómetros, para senderistas con experiencia; corta: entre 12 y 15 kilómetros, ideal para quienes se inician o quieren probar antes de dar el salto a la larga; y familiar, entre 5 y 7 kilómetros, con un trazado asequible en dificultad y pendiente.
A este respecto, cabe recordar que el plazo de inscripción permanecerá abierto hasta el próximo jueves, que la misma se debe realizar en la Casa del Deporte, y que la cuota de participación para los adultos es de 21 €, 14 € para adolescentes (14-17 años) y 7 € para niños (hasta 13 años); todo ello según las bases de participación que se pueden consultar en la web de la Concejalía de Deportes.

Cartel anunciador de la travesía nocturna de montaña de Lorca. / L.O.
El edil responsable del ramo, Juan Miguel Bayonas, agradecía durante la presentación la implicación de los técnicos de la Concejalía de Deportes y de la asociación Lorca-Santiago, «que llevan meses eligiendo el destino y preparando las rutas y toda la logística»; así como de los voluntarios de La Carrasca, el colectivo Naltura, los servicios de emergencia y Cruz Roja. Asimismo, Bayonas López tenía un reconocimiento especial «para las decenas de voluntarios que, en familia o con amigos, esa noche y durante toda la madrugada, permanecerán en los distintos controles diseminados por el recorrido para confirmar el paso de los participantes. Es una noche de convivencia pero también de resistencia hasta que llega el último equipo, casi siempre a altas horas de la madrugada».