No hubo sorpresas. Como se esperaba, el ilicitano Joaquín Pérez anunció este jueves su decisión de no optar a la reelección como presidente de CEV Alicante, lo que deja la vía libre para que César Quintanilla ocupe el cargo tras la asamblea del próximo 6 de noviembre.
A partir de entonces -cuando también se producirá el relevo de Salvador Navarro por Vicente Lafuente al frente de la patronal autonómica-, se abre un nuevo periodo en el que el ahora presidente de Uepal quiere dar más protagonismo a las asociaciones sectoriales en detrimento de las empresas particulares, que habían ganado peso bajo el mandato de los responsables anteriores, y fomentar una organización «más participativa», según sus propias palabras.
También supondrá un mayor peso de las cuestiones territoriales y de la estructura provincial dentro de la organización. Un objetivo largamente acariciado por muchos dirigentes empresariales alicantinos -y alicantinistas- que se sintieron huérfanos cuando la anterior patronal provincial, Coepa, quebró y la CEV ocupó su lugar con una arquitectura única para toda la Comunidad Valenciana.
Sin concesiones
De acuerdo con las fuentes consultadas, la retirada de Joaquín Pérez se produce sin que se hayan producido concesiones, lo que desde el entorno de Quintanilla interpretan como un gesto de generosidad. Eso sí, el entendimiento no llegó hasta el punto de que se pudiera lanzar un comunicado conjunto, y cada parte acabó informando de los acontecimientos por su cuenta. Pérez de su renuncia a la reelección y Quintanilla, de que se postulaba para sustituirle.
El todavía presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez. / INFORMACIÓN
Una de las incógnitas que están sobre la mesa es qué sucederá con el actual equipo técnico de CEV Alicante, incluida su secretaria general, Ana Gosálvez. Un equipo que el único candidato a la presidencia de la organización quiere mantener, siempre que estén dispuestos a «subirse al proyecto«, según explican desde el entorno del empresario. Más complicada es la continuidad de Javier Reina como asesor de presidencia -un cargo creado el pasado febrero-, algo que prácticamente se descarta.
Por lo que respecta a los cambios que se quieren introducir, la intención de Quintanilla es reunirse en las próximas semanas con todas las asociaciones sectoriales de la provincia para consensuar la lista de los alicantinos que Vicente Lafuente presentará para la junta directiva. Una lista que contempla un centenar de puestos, de los que alrededor de 30 corresponden a representantes alicantinos.
El objetivo es que en ese listado haya un mayor protagonismo de representantes sectoriales y menos de empresas particulares. Al respecto, cabe señalar que la política de Salvador Navarro y de Joaquín Pérez de potenciar la afiliación de empresas estaba mal vista por muchas de estas asociaciones sectoriales, que consideraban que la CEV les hacía de esta forma una competencia desleal y favorecía que la organización representara más los intereses de determinadas grandes empresas que del conjunto del tejido productivo.
En esa serie de encuentros, también se negociarán la vicepresidencias, que ahora ocupan Eva Toledo, Juan José Fornés y José Vicente Andreu.
Regreso de Carlos Baño
Una estrategia que, por ejemplo, supondrá el regreso casi con toda probabilidad del presidente de la Cámara de Alicante, Carlos Baño, a la ejecutiva de la patronal, como representante de Facpyme, la principal organización que agrupa al comercio de la provincia. Baño fue expulsado de esa ejecutiva tras la decisión de dar de baja a su empresa, en pleno enfrentamiento con Salvador Navarro.
Otro cambio es que Quintanilla quiere introducir cambios en el funcionamiento de la junta, para hacerla más participativa y evitar lo que le ha ocurrido al tándem Navarro/Pérez, que no eran conscientes de la importante contestación que había entre muchos sectores empresariales y que nunca se hacía patente durante las reuniones de este organismo.
Pero, sobre todo, la elección de César Quintanilla supondrá un mayor protagonismo de la organización en los debates y asuntos que afectan especialmente a la provincia, como la falta de infraestructuras o la defensa del agua. Una voz independiente, aunque coordinada con la estructura autonómica, capaz de defender los intereses alicantinos en aquellos foros donde sea necesario.

César Quintanilla, en una imagen de archivo. / Rafa Arjones
Despedida
Por su parte, Joaquín Pérez dio este jueves por cerrado su capítulo al frente de la patronal. «Cuando asumí la presidencia lo hice con un objetivo claro: trabajar con honestidad y responsabilidad por las empresas de la provincia e impulsar la vertebración territorial. Hoy considero que, por mi parte, esa etapa está cumplida y que es el momento de ceder el testigo», señaló en un comunicado.
Eso sí, sin olvidar un recado para su sucesor: «Me marcho convencido de que la unidad y la cohesión siguen siendo las claves para que Alicante tenga el peso que merece, por ello espero que la persona que ocupe la presidencia en los próximos años de continuidad al camino iniciado y que la CEV siga creciendo como voz sólida, cohesionada y respetada del empresariado alicantino y de toda la Comunidad Valenciana», afirmó.
Por su parte, César Quintanilla aseguró que Pérez «seguirá siendo un activo fundamental del asociacionismo empresarial», y destacó de él su «capacidad de diálogo, la tendencia a tender puentes y su mirada preclara».
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