Las incursiones en el espacio aéreo de varios países europeos de drones y cazas rusos en las últimas semanas son la última provocación del Kremlin, un nuevo toque de atención que ha hecho que los líderes de los países del bloque se conjuren para dar pasos concretos hacia una política de defensa común, y lo harán inspirándose en el país que mejor conoce las artimañas del ejército ruso: Ucrania.
«Es evidente para todos que Rusia es una amenaza no solo para Ucrania, sino para toda Europa», ha dicho la primera ministra danesa Mette Frederiksen, en una rueda de prensa con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en Copenhague. Lo ha hecho tras concluir la reunión de la Comunidad Política Europea, que nació precisamente para hacer frente común ante las amenazas del presidente ruso, Vladímir Putin.
La danesa ha destacado el foro como un espacio de discusión en el que se dan cita países con visiones muy distintas del mundo, «pero todas estas diferencias ya no son tan importantes debido al gran reto que compartimos: la amenaza de Rusia contra Europa», ha dicho. Frederiksen ha llamado a defender el continente para que la guerra empiece y acabe en Ucrania. Algunos de los países del bloque, desde Noruega hasta el Reino Unido, participan ya de esa defensa colectiva a distintos niveles.
Un muro antidrones
«Tenemos que construir una defensa europea mucho más fuerte y, por supuesto, también responder a las amenazas híbridas a las que nos enfrentamos», ha dicho la primera ministra. «Es imposible desarrollar las capacidades necesarias para proteger Europa sin Ucrania, porque, lamentablemente, ustedes son los especialistas», ha dicho la danesa.
Una de las prioridades es el llamado «muro antidrones» que la Unión Europea plantea construir, además de aumentar la producción de esta tecnología. Todo esto, ha subrayado Frederiksen, los europeos deben hacerlo «en estrecha colaboración con Ucrania». Para la primera ministra, tampoco puede haber rearme de Europa sin Ucrania. De hecho, buena parte de la estrategia de la Comisión pasa por copiar el modelo de la industria ucraniana.
«Ningún país debería quedarse solo ante esta amenaza», ha dicho Zelenski, que conoce bien la manera de operar de Rusia. «El modelo que funciona para nosotros también puede funcionar para otros en Europa», ha destacado el presidente. El propio comisario de defensa europeo, Andrius Kubilius, reconocía la pasada semana que si alguien sabe cómo defenderse de los drones rusos, son los ucranianos.
El líder ucraniano ha explicado que varios oficiales del ejército ucraniano se encontraban en Dinamarca para compartir su experiencia y conocimiento con sus socios europeos. «Espero que la reunión de hoy apoye firmemente la idea de la defensa conjunta contra los drones», ha dicho el presidente.
Financiación y garantías
«Cada euro, dólar o corona danesa que enviamos a Ucrania es una inversión directa en la seguridad europea», ha dicho Frederiksen. Uno de los grandes puntos de discusión durante los últimos días ha sido la propuesta de la Comisión Europea de utilizar los activos congelados del banco central ruso para dar préstamos a Ucrania. Una idea que respalda ya una mayoría de países.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido uno de los líderes que en los últimos días han cambiado su postura. Este jueves, por primera vez, Macron ha abierto la puerta a respaldar esta propuesta que ha calificado de «innovación legalofinanciera», asegurando que permite dar aire a Ucrania, respetando el derecho internacional.
La otra cuestión por resolver sigue siendo las garantías de seguridad que exige Ucrania. Aunque un acuerdo de paz con Rusia parece ahora poco probable, Zelenski ha reclamado a los líderes poner los detalles por escrito. «Hay un entendimiento común de que debemos avanzar con las garantías de seguridad para Ucrania», ha dicho el presidente ucraniano.
Hungría, el verso discordante
Cuanto más se refuerza la unidad europea, más alejada parece Hungría del bloque. Uno de los elementos de las garantías de seguridad que pide Ucrania es la entrada en la Unión Europea como miembro de pleno derecho. Sin embargo, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, mantiene bloqueado cualquier avance de Kiev hacia la adhesión.
En declaraciones a la prensa el pasado miércoles, Orban aseguró que Ucrania no era «un país soberano» porque dependía económica y militarmente de Europa. También alegó que de entrar en el bloque, la Unión Europea estaría automáticamente en guerra con Rusia, y defendió una suerte de alianza reforzada, fuera de la organización.
Para tratar de sortear el bloqueo, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha planteado renunciar a la unanimidad para tomar decisiones en el proceso de adhesión. Una propuesta que no convence a buena parte de los líderes. Una alta fuente diplomática apuntaba a las reticencias a «cambiar las reglas del juego en medio del partido» en una cuestión tan sensible.
La otra cuestión en la que Orbán está cerrado en banda es el uso de los activos congelados. El húngaro se agarra al argumento de Bélgica, donde están la mayoría de los activos, a quien le preocupan las potenciales consecuencias jurídicas. El primer ministro dice que su país no asumirá ningún riesgo. «La pregunta es: ¿de quién es ese dinero? Si es dinero de otro, Hungría jamás lo tocará», ha dicho Orbán, «no somos los ladrones, ¿sabe?».
Todas estas cuestiones volverán a la mesa de los líderes de la Unión Europea a finales de este mes. El objetivo es aprovechar las próximas tres semanas para definir los detalles, limar asperezas y empezar a tomar decisiones lo antes posible porque el tiempo apremia y la presión, desde todos los frentes, es cada vez más intensa.
Suscríbete para seguir leyendo