La mayor conciencia medioambiental y también el cuidado de nuestra propia salud han llevado a muchas personas a cuestionarse la composición de algunos productos de limpieza que siempre se habían dado por hechos. Botellas que entraban en la cesta de la compra sin pensarlo dos veces ahora se analizan con lupa: qué respiramos realmente cuando pulverizamos la ventana de la cocina o qué residuos se quedan en el aire o en las superficies de casa?
Ese cambio hacia una limpieza más sostenible no es un camino que se pueda hacer de golpe ni sin asesoramiento. Los especialistas advierten que hay zonas de la casa que, por su alta exposición a bacterias (como cocinas o baños), sí necesitan productos con eficacia probada frente a patógenos. Pero también hay otras donde sí es posible empezar a reducir la carga química.
Una fórmula casera que gana adeptos
Según medios especializados como Treehugger una alternativa sencilla y natural es usar una mezcla de vinagre blanco y agua, a la que se puede añadir una pequeña cantidad de jabón neutro o de castilla. Es una receta casera que muchas personas utilizan para limpiar cristales, espejos y ventanales con buenos resultados: elimina la película de polvo, deja menos residuos visibles y evita químicos más agresivos.
El portal británico Bedford Window Cleaning añade que el vinagre tiene varias ventajas frente al limpiacristales convencional: es barato, no tóxico y, al ser un ácido débil, actúa bien sobre manchas ligeras o restos de agua. También reduce la exposición a compuestos volátiles presentes en algunos productos químicos comerciales.
Ventajas frente a los productos químicos
Las principales ventajas de esta sustitución son tres:
- Menos exposición química: se reducen los vapores que pueden afectar a personas con alergias o problemas respiratorios.
- Impacto ambiental menor: el vinagre y el jabón neutro son biodegradables y no liberan compuestos tan persistentes como algunos limpiadores industriales.
- Costo más bajo: con un litro de vinagre y un poco de agua destilada se consiguen varias botellas de limpiacristales casero.
Lo que conviene tener en cuenta
Ahora bien no todo son ventajas y los expertos lo subrayan. Desde NT Property Care explican que el vinagre puede no ser seguro para todas las superficies: puede dañar los marcos metálicos, corroer juntas de goma o afectar a recubrimientos especiales en cristales tintados. También existe el riesgo de que, si el agua usada es “dura”, queden rayas o marcas después de la limpieza.
Los limpiacristales comerciales, en cambio, suelen estar diseñados para evitar ese tipo de problemas y ofrecer un acabado más uniforme. Por eso siguen siendo recomendables cuando se trata de cristales delicados, ventanas con tratamientos especiales o en lugares donde se quiere asegurar un resultado impecable sin complicaciones.