Un primer grupo de españoles retenidos ilegalmente anoche en aguas internacionales por soldados israelíes ha desembarcado en el puerto de Ashdod este jueves a las ocho de la mañana, hora española, según ha confirmado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. El ministro no ha querido hablar públicamente de su estado, pero fuentes cercanas a los desembarcados aseguran a este diario que el Ministerio les ha asegurado que están bien.
En total, los servicios consulares españoles elevan a 65 los españoles que viajan o viajaban en la Global Sumud Flotilla, un grupo de 47 embarcaciones con medio millar de activistas, políticos y trabajadores de medio centenar de países que partió de Barcelona y otras costas hace un mes para tratar de romper el bloqueo de ayuda humanitaria impuesto por Israel en Gaza-
«Sabemos que hay barcos que siguen navegando y no han sido interceptados», ha confirmado el ministro español. Anoche, las principales embarcaciones de la Flotilla a Gaza fueron primero interceptadas y luego asaltadas por más de una docena de barcos israelíes. Pero algunos evitaron el bloqueo y continuaron la navegación. El Mikeno está a punto de llegar a Gaza y entrar en sus aguas territoriales, según el sistema de seguimiento por radar. 22 de las 47 siguen navegando, algunas a tan solo 10 kilómetros de Gaza, asegura la organización.
España ha mandado al puerto al cónsul general en Jerusalén y a dos guardias civiles para recibir a los retenidos. «Tan pronto como todo el grupo se lleve al centro donde se les va a ir trasladando podremos estar en contacto con ellos», ha dicho Albarees. Probablemente será en un centro de detención del desierto del Neguev. «Esos ciudadanos tienen que estar donde siempre debieron estar: libres para moverse, y de regreso inmediato a España. Los activistas son pacíficos, su objetivo es humanitario y no representan amenaza para israel ni para nadie. Ejercían su derecho básico de ‘paso inocente’ en aguas internacionales».
Ahora, a los retenidos les esperan dos opciones. Una, firmar una carta reconociendo su entrada ilegal en Israel, a pesar de haber sido asaltados en aguas internacionales, en cuyo caso serían previsiblemente deportados. Los que decidan resistirse, serán encarcelados. A algunos les podrían intentar enjuiciar por pertenencia o ayuda a grupo terrorista.
Tel Aviv ha tratado de montar el caso durante las últimas semanas de que la Global Sumud Flotilla es, en realidad, un instrumento del grupo islamista Hamás, algo que no es cierto. Se trata de un grupo de diversas organizaciones humanitarias y activistas de medio centenar de países y con ciudadanos de decenas de nacionalidades. El ministro ultraderechista israelí, Itamar Ben-Gvir, es el encargado del sistema penitenciario del país, y ha pedido que se sea duro con los activistas.
Ante la pregunta de si teme que se les acuse de algo grave, el ministro lo ha «rechazado tajantemente» y que no va aceptar «ninguna acusación injusta contra ellos». «Se lo he dicho a los israelíes y lo he dicho públicamente: son ciudadanos pacíficos con un objetivo solidario y humanitario, como es el de la sociedad española hacia la terrible matanza sin fin». «Yo quisiera que no hubiera flotillas, estoy seguro de que los que viajaban allí también. El bloqueo inhumano impide la entrada, por eso lo han tenido que hacer la flotilla. No voy a entrar ni como hipótesis en esa acusación. Tienen que poder regresar libremente a España lo antes posibles».
El ministro no ha llegado a afirmar que los españoles hayan sido secuestrados, pero sí los define como «retenidos», en oposición a una detención que supone un contexto de delito.