El departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Benidorm ha iniciado una campaña de tratamiento para acabar con la procesionaria de los pinos. El tratamiento fitosanitario durará dos meses y se intervendrá en 4.000 pinos de la localidad, con especial incidencia en los centros escolares y parques urbanos.
La intervención consiste en la utilización de productos fitosanitarios autorizados por la Conselleria, que se inyectan directamente en el árbol para evitar la contaminación de esta plaga. El producto en cuestión acaba con la oruga de la procesionaria evitando que se alimente de las hojas, lo cual suele tener como consecuencia el debilitamiento o muerte del pino.
Colegios y parques
Los operarios que llevan a cabo esta acción tienen el curso de Manipulador de Productos Fitosanitarios en vigor y su ámbito de acción se centra “en los ejemplares de pinos de los colegios, zonas ajardinadas de la ciudad, el parque urbano de El Moralet, el de L’Aigüera y, en general, en todas las zonas de Benidorm donde haya pinos que puedan verse afectados por esta plaga”, indicó el concejal de Parques y Jardines, José Ramón González de Zárate.
Otras zonas objeto de esta actuación son el parque de la Séquia Mare y aledaños de la A-7, donde se produjo un incendio el pasado año y en donde se retirarán los pinos afectados.
El departamento tratará también los árboles que estén afectados por el tomicus, un escarabajo que perfora los pinos y les causa grandes daños.
Pelos urticantes
Desde la Concejalía se ha insistido que no ha habido un “aumento significativo” de la presencia de la procesionaria y que cuando se presenta algún foco de esta oruga se intenta actuar de inmediato para evitar su extensión.
La procesionaria del pino actúa dañando los ejemplares y afectando de forma grave la salud de las personas y animales a través de sus pelos urticantes que pueden provocar reacciones alérgicas de consideración.
Tras nacer, las orugas defolian los árboles y los debilitan. Después forman largas hileras o “procesiones”para descender y enterrarse en el suelo para su metamorfosis. Los pelos que sueltan son muy finos y se clavan en la piel o mucosas, liberando una toxina que causa picor, enrojecimiento, inflamaciones graves en la lengua de las mascotas e incluso problemas respiratorios en humanos.
Suscríbete para seguir leyendo