No buscaba el Real Madrid en el partido de Kazajistán un efecto reparador en el equipo, después de ser vapuleado en el derbi del Metropolitano del pasado sábado. Sirvió para rebajar la rabia y afianzar la autoestima de algunos jugadores como Fran García, Ceballos o Rodrygo, que ganaron crédito en el partido en Almaty, más allá del resultado final. Y por supuesto salió aún más reforzado Kylian Mbappé, que anotó tres goles en suelo kazajo, engordando su producción goleadora en Champions hasta los cinco goles en dos jornadas, además de alcanzar ya los 13 tantos este curso. 13 de los 21 que ha sumado hasta ahora el Real Madrid, lo que supone más de la mitad de la cuenta goleadora del equipo.
Precisamente Mbappé dejó claro al finalizar el encuentro sobre el césped que el vestuario no olvida lo ocurrido en el Metropolitano: «Nunca hay que olvidar. No podemos olvidar lo que ha pasado en este fin de semana, pero es otra competición. Tenemos que pensar en lo que ha pasado y trabajar para estar mejor cada día y para no pasar otra noche así». El francés se mostró satisfecho «porque mi trabajo es ayudar al equipo. Hacer lo que puedo para que el equipo gane. Y al final si meto goles, bien. Y si no meto goles y puedo ayudar al equipo de alguna otra manera, pues bien también. Lo importante es que el equipo gane partidos y trofeos».
Sin embargo, Mbappé volvió a mostrar su inconformismo, tras haber fallado alguna oportunidad clara: «He metido tres, pero podía haber metido más. Cuando tengo cinco ocasiones, quiero meter las cinco. Y he fallado en algunas oportunidades que tenía que haber marcado». Por último habló de su conexión con un Arda Guler que hizo un buen partido en suelo kazajo: «Tenemos una buena conexión. Es un jugador que tiene mucha calidad y talento. Intentamos ayudarle y estamos felices porque juegue con nosotros y esperamos que siga así».
Feo de Vinícius y Xabi se pone de perfil
Si Mbappé era la cara, Vinícius volvió a ser la cruz. El brasileño, que lució el brazalete de capitán, completaba otra actuación decepcionante y volvía a protagonizar otro incidente al ser sustituido por Xabi Alonso para dejar su sitio a un Rodrygo que se mostró mucho más acertado que su compatriota. Corría el minuto 70 cuando Vinícius observó desde la distancia la tabla electrónica en la banda con su dorsal. El brasileño torció el gesto y se marchó al banquillo evidenciando claros signos de enfado. Otro enfado que no escondió al pasar junto a un Xabi Alonso que está vez optó por esperarlo consciente de la reacción que podría tener. Un feo que el técnico intentó sortear en la sala de prensa al ser preguntado: «No ha sido un rebote. Otro día…, pero hoy no. Siempre es cosa del entrenador. Lo de Vini no ha sido una queja. Ha habido un comentario que hemos entendido».
No era el primero, porque ante el Espanyol ya protagonizó otro incidente. Aquel día también dejó su lugar a su compatriota Rodrygo, junto al que pasó con cara de pocos amigos y al llegar al banquillo lanzó una botella al suelo y se quejó airadamente en público. En el partido ante los ‘pericos’ venía de ser suplente ante el Olympique de Marsella. Ahora Vinícius ha encadenado varios partidos siendo titular, pero su rendimiento sigue sin justificar esa titularidad en la que, de momento, el técnico le ha mantenido. El asunto es que por mucho que Xabi Alonso trata de maquillarlo o de ponerse de perfil, la actitud de Vinícius se ha convertido en un problema. Y habrá que esperar hasta dónde dura la paciencia del vasco con el brasileño, porque esto está empezando a desgastar la autoridad del técnico en el vestuario ante sus compañeros. Xabi ya ha advertido en público que ha esperado a hablar en los entrenamientos con Vinìcius porque no le parecía que era el momento, después de un encuentro en el que había sido suplente. Ahora el futbolista ha vuelto a hacer un feo al técnico vasco y la situación comienza a ser tensa. El vestuario hace tiempo que se ha distanciado del brasileño, que solo mira por su interés y ha protagonizado varios incidentes en los que sus feos a entrenadores y compañeros han provocado ese distanciamiento. La afición también parece haberse cansado del ego de un Vinícius al que cada vez más madridistas quieren fuera del Bernabéu.
Valverde, suplente
Y, por último, llamó la atención la suplencia de un Federico Valverde que había ‘dimitido’ como lateral derecho en la sala de prensa de Almaty el día antes del partido. Pese a que Xabi probó con él en el lateral sobre el césped kazajo en la previa, al tener las ausencias por lesión Dani Carvajal y Trent Alexander-Arnold, el donostiarra echó mano de Raúl Asencio y dejó en el banquillo al uruguayo. Las duras declaraciones del charrúa, uno de los capitanes del equipo, sobre lo ocurrido tras la goleada ante el Atlético que no coincidían con las de Xabi, parecen haberle pasado factura al ‘Pajarito’, que ahora habrá que ver si juega y dónde lo hace el próximo fin de semana. Preguntado por la suplencia de Valverde, Alonso se mostró muy serio en la sala de prensa de Almaty y respondió lo siguiente: «Es una decisión que estaba tomada. Fede siempre está dispuesto. Siempre con buena predisposición. Si el partido lo hubiera requerido, hubiera jugado. Como Carreras. Pero hay que dosificar. Hay que saber manejar».
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