En un Barça-PSG intenso, disputado y muy rápido, el árbitro inglés Michael Oliver se mostró siempre bien situado, aplicando con acierto la ventaja y dando fluidez al juego. Con un criterio uniforme castigó las infracciones y se ganó la confianza de los futbolistas, que apenas protestaron.
Amonestó correctamente a De Jong por pisar por detrás a Nuno Mendes, a Nuno Mendes por derribar a Lamine, a Dani Olmo por sujetar a Chevalier, a Hakimi por derribar a Ferran y a Lamine por golpear en el pecho a Lucas.
Rigurosa la tarjeta mostrada a Casadó por zancadillear a Hakimi. Debería haber amonestado a Pacho por un fuerte pisotón a Pedri y a Nuno por zancadillear a Lamine en la frontal. Hubiera sido la segunda amarilla para el jugador del PSG.
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