Dos asturianos llevan años atrapados en una odisea por ser padres que ha terminado en los juzgados de Madrid. Esta pareja formada por dos hombres, junto a otras 14 familias de toda España, ha presentado una querella contra una agencia con sede en la capital a la que acusan de haberles estafado cientos de miles de euros en falsos procesos de gestación subrogada en México. Denuncian no solo la pérdida económica de miles de euros, sino también el daño emocional «irreparable» de «haber jugado» con sus expectativas de ser padres.
En 2020, la pareja asturiana que figura entre los denunciantes decidió iniciar el camino hacia la paternidad mediante la gestación subrogada. Contactaron con una agencia madrileña que se publicitaba en redes sociales como líder en el sector. La empresa les recomendó casarse para facilitar los trámites de inscripción del futuro bebé, y así lo hicieron en marzo de 2021. Pocos meses después, ya habían desembolsado más de 30.000 dólares (25.640 euros).
Según cuentan, la agencia ofrecía dos opciones: realizar el proceso en México por 50.000 dólares (42.727 euros) o en Estados Unidos por unos 160.000 (136.728 euros). «Es raro que te empujen a la opción más barata, pero nos dijeron que en México tendríamos menos problemas con los papeles», destacan estos afectados.
Al precio inicial, se sumaron 9.000 dólares (7.691 euros)_adicionales por un plan que garantizaba intentos ilimitados de fecundación durante dos años. Sobre el papel, las condiciones parecían ventajosas. La realidad fue otra: largos periodos de silencio, contradicciones en la información y un procedimiento que no avanzaba.
De hecho, la comunicación con la agencia se volvió cada vez más opaca. «Nos decían que la gestante estaba enferma, mientras a ella le aseguraban que éramos nosotros quienes habíamos pedido esperar», relata uno de los miembros de esta pareja. En uno de sus dos viajes a México conoció en la notaría a la mujer seleccionada como gestante. Contra las normas impuestas por la agencia, le entregaron su número de teléfono a escondidas. Aquella conversación reveló que ambas partes recibían versiones diferentes.
Con el tiempo, descubrieron más irregularidades: la imposición de un abogado vinculado a la propia agencia, pagos adicionales sin justificación e incluso catálogos de donantes de óvulos que incluían a mujeres reales cuyos nombres e imágenes habían sido usados sin su consentimiento. «Algunas mujeres en Barcelona descubrieron que figuraban como donantes sin saberlo y declararán como testigos», asegura el asturiano.
Otro de los puntos que no le encajó fue el hecho de que la agencia de vientres de alquiler no les permitiese contratar los servicios de ningún abogado que no fuese el de la propia empresa. «Nos dijeron que no podíamos hacer ningún tipo de consulta legal de forma externa», se queja. Una cláusula recogida en el contrato que los denunciantes firmaron y que la querella recoge como una «limitación del asesoramiento legal», al eliminar cualquier «garantía de imparcialidad o defensa legal autónoma».
Tras casi dos años de espera, la agencia les comunicó que la gestante estaba embarazada. «Nos dijeron que había una beta positiva y nos llenaron de ilusiones», destaca el asturiano. Sin embargo, en la primera ecografía se les informó de que la mujer había sufrido un aborto espontáneo. La versión volvió a generar dudas. «Ella me dijo que no había tenido ninguna hemorragia, aquello nos extrañó mucho», explica. Fue la primera de las seis inseminaciones supuestamente realizadas, a pocos días de que venciera el contrato. Después del presunto aborto, la agencia les pidió otros 25.000 dólares (21.664 euros)_para renovar el contrato. Ellos se negaron. «Nos ofrecieron una bonificación si seguíamos en un nuevo programa en Colombia, pero ya habíamos perdido la confianza», relatan.
Su caso no era aislado. A través de redes sociales y grupos, comenzaron a contactar con otras familias que habían vivido experiencias similares con la misma agencia. La magnitud fue creciendo: ahora 15 familias (todas ellas formadas por parejas homosexuales o monoparentales) han decidido interponer una querella conjunta en Madrid. Sospechan que podría haber muchos más afectados. «Es una posible estafa a gran escala, con engaños tanto a los futuros padres como a las mujeres utilizadas en los catálogos sin haber donado óvulos», denuncian los afectados.
Material genético
Uno de los aspectos que más preocupa a las víctimas es el destino de su material genético. Aunque la empresa operaba en distintos países, todos fueron derivados a una clínica de fertilidad en Ciudad de México, sin posibilidad de elegir otra. La querella sostiene que existía un acuerdo entre la agencia madrileña y la clínica mexicana para repartirse beneficios. Hoy la gran incógnita es dónde están las muestras entregadas por los futuros padres. «Dejamos material genético para que se realizasen las transferencias necesarias, pero ahora no tenemos ninguna garantía de qué han hecho con él», lamentan los asturianos.
El procedimiento judicial apenas acaba de comenzar, pero los denunciantes son conscientes de que será largo y complejo. Su objetivo no es solo recuperar el dinero invertido, sino también esclarecer qué ocurrió con las gestaciones prometidas y con el material biológico entregado. Mientras tanto, la herida emocional sigue abierta. «Lo peor no es el dinero, sino la ilusión rota. Nos hicieron creer que íbamos a ser padres y jugaron con nuestros sentimientos», concluyen los asturianos.
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