Los políticos quieren hacer de jueces

Javier Gómez Bermúdez tiene 63 años y es uno de los jueces españoles más conocidos. Su rostro ocupó portadas de periódicos y televisiones durante el largo juicio por los atentados del 11M. Magistrado de la Audiencia Nacional en excedencia desde 2017, es tajante cuando se le pregunta si existe lawfare en España, es decir, utilización de la justicia con fines políticos. «El número de jueces que son ideológicamente obedientes, es decir, aquellos en los que su ideología determina el sentido de sus resoluciones, es irrelevante, pueden ser cuatro casos en toda la carrera judicial, por cierto, la mayoría de izquierdas», afirma el magistrado provocando risas entre los contertulios de Espejo Público, algunas de aprobación y otras más irónicas.

El pasado sábado el exjuez José Castro, instructor en Mallorca del caso Nóos que sentó en el banquillo a Iñaki Urdangarin y a su esposa, Cristina de Borbón, afirmó estar convencido que «se está haciendo política a través de la Justicia y no es porque yo crea a (Pedro) Sánchez, es que lo estamos viendo en el proceso al Fiscal General del Estado». Gómez Bermúdez responde en Espejo Público: «Me sorprende que se hable de jueces que hacen política, que pueden ser un número irrelevante, y no se hable de políticos que quieren hacer de jueces continuamente; que dejen trabajar a la Justicia, donde hay un sistema de recursos, de garantías que evitan que se produzca eso que ellos llaman lawfare«.

«Los jueces no se dejan influir o presionar»

El expresidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional evita valorar el proceso del juez Juan Carlos Peinado contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. «Como magistrado, aunque esté en excedencia, ni critico ni alabo la actuación de otros magistrados salvo que sean ilegales y esta no es ilegal, se ajusta a la ley, no sabemos si hay sustancia o no, pero el procedimiento es el correcto», considera Gómez Bermúdez, aunque si valora que «no es muy normal» una citación un sábado para una diligencia que no es de investigación, como ha hecho el juez Peinado para comunicar a los investigados que, en caso de llegar a juicio, será ante un jurado popular. «Hay quien dice que Peinado busca una humillación pública al someter a Begoña Gómez a un juicio con jurado», le plantea Susanna Griso. «Que le juzgue un jurado popular lo marca la ley», acota el magistrado.

Gómez Bermúdez descarta que algunos jueces puedan sentirse presionados por influencias externas, como las procedentes de la política. «Los jueces con los que hablo tienen las espaldas muy anchas y muchísima experiencia para dejarse influir o presionar,- afirma-. La mayoría de los jueces soportan perfectamente la presión e incluso el insulto. Pero el tema es que este tipo de actitudes genera una impresión en la ciudadanía que es contraria a los principios democráticos y a la seguridad en el sistema, es el ciudadano el que, al final, cree que ir a un juzgado supone jugártela o tener suerte de que te toque un juez de derechas, de izquierdas o mediopensionista».

«En la sentencia del 11-M no influyó nuestra ideología»

El magistrado apela a su propia experiencia para negar la influencia de la ideología de cada juez en las sentencias que dicta. «Le puedo poner cientos de ejemplos de tribunales formados por jueces, entrecomillas de izquierdas o de derechas, cuyas resoluciones no tienen nada que ver con lo que hubiera querido la izquierda o la derecha; por ejemplo, el juicio de los atentados del 11-M que yo presidí: era un tribunal claramente conservador ideológicamente y ¿nos influyó nuestra ideología en la resolución», no«.

No sólo el Gobierno ha cuestionado actuaciones judiciales. La presidenta madrileña, Isabel Diaz Ayuso, aseguró que se abría juicio oral contra su pareja por delito fiscal la pasada semana para tapar la misma medida tomada un día antes contra el hermano de Pedro Sánchez por un supuesto enchufe. «Es que yo no me refiero a un sector de los políticos, me refiero a la política en su conjunto, muchas autoridades han tomado la costumbre de criticar las resoluciones de los jueces cuando no les vienen bien, sin esperar a que el sistema acabe su trabajo, Peinado puede estar haciéndolo bien o mal, pero eso ya lo decidirá la Audiencia Provincial en su momento».

Fallos en las pulseras antimaltrato

Gómez Bermúdez ha estado treinta años ejerciendo la judicatura. Ahora ejerce la abogacía en un despacho madrileño. No esquiva la pregunta sobre los fallos en las pulseras de control de agresores sexuales y maltratadores, pero introduciendo un matiz. «Parece que las pulseras eran defectuosas, pero cuando algo no funciona se cambia; los fallos existen, los errores existen, no vivimos en ‘los mundos de Yupi’ donde todo es perfecto, otra cosa es que te alerten de un fallo y no hagas nada, pero los fallos existen«, sentencia el ya exmagistrado

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