Deambulan por las calles sin oficio ni beneficio

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no tiene ningún problema en evidenciar que su posición en relación con la políticas migratorias es abiertamente racista. Este lunes, la baronesa del Partido Popular (PP) no ha dudado en diferenciar a las personas migrantes en función de su país de origen, calificando a unos de “no inmigrantes” y a otros de “un montón de personas que deambulan por las calles sin oficio ni beneficio”. Ella reparte los carnés y expone a quien considera.

El problema, más allá del racismo desplegado, es que esta posición deja en evidencia a su jefe, Alberto Núñez Feijóo, quien intentaba este fin de semana, en presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, quedarse a medio camino entre la persecución de los inmigrantes, para evitar la sangría de votos que se desplazan a Vox, y la defensa de su uso como mano de obra barata y que se desempeñan en los puestos que rechazan los españoles, en connivencia con los intereses de las organizaciones empresariales.

«Un argentino o un venezolano en Madrid no es un inmigrante. Será por una cuestión legal de papeles, pero no lo es, a ningún efecto», ha defendido Ayuso en una entrevista concedida a Telecinco. Sin embargo, para la ultraderechista existe otro tipo de migrantes que merecen su desprecio. Y no son pocos, sino “un montón” que “deambula” por las calles madrileñas “sin oficio ni beneficio”. A nadie se le escapa a qué nacionalidades se refiere, pero la mandataria no se ha atrevido a llegar tan lejos en su arrebato racista.

Es más, Ayuso considera que existe un gran número de personas que llega a España que “no cotiza y no trabaja” y, poco innovadora en el discurso, viven de paguitas. «Hay unas prestaciones mínimas que todo el mundo tiene que recibir simplemente por el hecho de estar aquí, mínimas sanitarias, pero en el momento en el que ya llevas un tiempo aquí, empezar a recibir subvenciones y no trabajar, y no estar en la búsqueda activa de empleo, es lo que pensamos que pervierte el sistema», ha apuntado.

El problema es que los datos ni siquiera refutan esta afirmación. La población migrante es la responsable de una cuarta parte del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) que está disfrutando España y aportan diez veces más a la Seguridad Social de lo que perciben de esta. Cifras que no deberían importar ni ser utilizadas a la hora de hablar de la bondad o los derechos de personas, dado que las denigra al valor de su fuerza de trabajo, pero que tampoco sustentan las tesis ultraderechistas.

Los menores migrantes «no son menores»

La mandataria madrileña no ha considerado suficiente señalar a unas nacionalidades muy concretas, a los que le ha faltado calificar como vagos y maleantes, sino que también ha señalado directamente a los migrantes que llegan a España. De nuevo, Ayuso no ha dudado ni un segundo en asumir los marcos de la extrema derecha y ha acusado a los menores de engañar con su edad. “La mayoría ni siquiera son menores, lo que hacen es mentir, no dar información, no cuentan la edad que tienen ni tampoco la procedencia”, ha expuesto.

Sean menores o no tampoco es importante, sino que sean extranjeros. “¡Qué es esto de que haya menores dando vueltas por todo el continente europeo!”, ha espetado la máxima responsable del PP de Madrid. “España no mandaría a sus menores por el mundo a dar vueltas sin control, España no permitiría que esto sucediera”, ha continuado, volviendo a demostrar una ignorancia histórica elevada. “Yo no entiendo como otros tantos países esto lo admiten así de partida”.

“El problema empieza cuando no hay un control en fronteras, cosa que no pasa ningún casi ningún país, cuando no hay esa seguridad, cuando hay un descontrol absoluto, provocado por un gobierno que lo único que está haciendo es reventar los servicios públicos y dinamita la convivencia […] Es imposible es imposible poder atender los servicios públicos a mucha más población de la que por ejemplo cotiza; es imposible preservar la seguridad si todos los años centenares de miles de personas que entran por los aeropuertos, especialmente el de Barajas”, ha zanjado.