Stefani Díaz es una abogada con despacho en Santiago de Compostela que tiene claro desde niña que el motor de su vida es «ayudar y sumar esfuerzos», algo que ya viene de su infancia, cuando supo que se decantaría por Derecho para «estar en momentos complicados»; y de su vida juvenil y adulta, con oenegés. Es la cofundadora de ‘Mbele’ África, una organización sin fines de lucro que está dedicada a reducir las desigualdades sociales en Kenia y Uganda.
Su significado es ‘hacia delante’ y el comienzo de la aventura se sitúa en 2023 en Gatanga, en Kenia, donde se conocieron la otra pata de este ambicioso proyecto, la científica madrileña Elena Blanco y ella misma al formar parte ambas de una experiencia de voluntariado. Descubrir ese «trocito de África» y a sus habitantes incrementó el deseo que siempre estuvo ahí de dedicar tiempo y toda la energía posible a aportar herramientas para el desarrollo.
Para esta letrada, que no puede ser «miope» ante dramas humanos, no era una opción resistirse a ver futuros cancelados. Así, a la zona volverá Stefani Díaz del 10 al 31 del próximo octubre, con dinero de su bolsillo y bien «cargada de maletas», como siempre ha hecho hasta la fecha. Porque «al otro lado», cuenta en una entrevista, son muchas las personas que subsisten sin poder acceder a lo más básico, como la sanidad y la educación, pero tampoco a otras cosas que en muchos lugares se dan por seguras, como un paquete de folios (muestra unas imágenes en las que varios pequeños se los reparten a trocitos para aprovecharlos) o zumos de manzana, «que les encantan».
La abogada de Santiago que intenta reducir las desigualdades sociales en Kenia y Uganda / Stefani Díaz / EFE
Empoderar a las comunidades locales y crear trabajo de la mano es la misión asumida de inicio, el reto colosal de promover la igualdad de oportunidades garantizando el acceso a servicios de salud básicos y proporcionando una enseñanza de calidad. En apenas dos años, explica Díaz, ya han llegado a 138 familias, sobre 460 personas.
El programa escolar está comenzando en Ikoba, un área rural de Uganda próxima al lago Alberta, «donde solamente hay época seca y época de lluvias». Y tanto el sanitario como el de empoderamiento femenino se concentran en dos ubicaciones de Kenia, en Gatanga, cerca de la capital y con una economía en movimiento; y en Masai Mara, el hogar de las tribus masai en el que funciona el trueque y donde muchas mujeres por primera vez están dando a luz en un hospital. Esto es algo «muy importante», incide Díaz, puesto que hay maternidades «muy tempranas» y también numerosas, con más de una decena de hijos.
‘Mbele África’ quiere ir precisamente a la base, a esos críos, a la educación, y por ello con el apoyo de la ONG ‘Rafiki África’ la idea es por ahora construir un colegio en el pueblo de Ikoba, región muy remota en la que prácticamente no hay escolarización. «El terreno ya lo tenemos y es una necesidad», desvela Díaz. En este momento algunos menores acuden a un centro que fue fabricado por sus padres y ello muestra el interés en ayudarles a formarse, pero la oenegé local ‘Kukorra Hamu’ estima que hay más de medio millar sin escolarizar, por lo que esta pequeña instalación, que además se inunda con frecuencia, no es suficiente.
Se trata, aparte, de una estructura precaria que no puede ser reconocida por el gobierno, relata esta abogada, y que genera el problema adicional de la imposibilidad de obtener una titulación que permita continuar los estudios más allá de la Primaria. La que proyectan tendría 9 aulas, 7 de Primaria y 2 de Preescolar, cocina (para garantizar desayuno y comida) y letrinas.
Un espacio seguro para las mujeres
En abril de 2025 ‘Mbele África’ creó el primer grupo de empoderamiento de la mujer en Ikoba con el objetivo de dotar a las mujeres de formación para que así puedan generar sus propios ingresos. Desde abril reciben clases de costura dos veces por semana y las que lo desean de inglés los viernes. Muy pronto empezarán a vender sus productos en mercados locales y Díaz espera traer algunos a su vuelta. El propósito no es solamente generar ingresos, porque crear un «espacio seguro» para ellas en el que ser más libres y felices es clave.

En abril de 2025 ‘Mbele África’ creó el primer grupo de empoderamiento de la mujer en Ikoba / Stefani Díaz
Las anécdotas
Stefani Díaz acumula en su equipaje sentimental muchas anécdotas pero hay dos que recuerdan especialmente: una bebé africana que lleva su nombre y que está en el fondo de pantalla del ordenador de su bufete y como siendo ella misma una niña ayudaba a un hombre que pedía al lado de un supermercado con comida, acompañada por su padre. Un día que le entregaron una moneda, «cien pesetas», esta persona entró a comprar alimentos y eso la marcó.
Si ya había elegido ayudar, eso se afianzó más en ella hasta llegar a hoy, donde pide «sumar esfuerzos» que se verán reflejados porque tanto Elena como Stefani ofrecen «total transparencia y honestidad», de modo que los socios, que pueden serlo desde cualquier cantidad, ya que no hay un mínimo, conocen el destino de cada «granito de arena» empleado para la agenda de objetivos.














