Aragón vive un momento decisivo en la historia de su industria automovilística. Lo que comenzó hace más de cuarenta años con la fábrica de Opel (hoy en manos de Stellantis) en Figueruelas se ha transformado en un ecosistema en plena reconversión hacia el coche eléctrico, un proceso protagonizado por la llegada de inversiones, tecnología y fabricantes de China que han encontrado en la comunidad el lugar idóneo para desembarcar en Europa. La apuesta de la gigante CATL por levantar una de las mayores gigafactorías de baterías del viejo continente ha actuado como catalizador de un movimiento que hoy ya es imparable.
La automoción aragonesa pisa el acelerador en un momento en el que Stellantis refuerza la competitividad de su planta de Figueruelas y abre sus líneas a nuevos socios como Leapmotor, mientras proyectos paralelos empiezan a cristalizar en Borja con Duoli y en Zaragoza con Juneyao. La suma de estas operaciones no solo asegura inversiones multimillonarias y miles de empleos, sino que dibuja un nuevo mapa industrial en el que Aragón pasa de ser un enclave de ensamblaje tradicional a convertirse en nodo estratégico de la movilidad eléctrica en Europa.
CATL: La gigafactoría que marca el rumbo
El proyecto Toro, la gran fábrica de baterías que CATL instalará junto a la planta de Stellantis en Figueruelas, sigue siendo la piedra angular de esta transformación. Con una inversión valorada en 4.100 millones de euros, se espera que la gigafactoría alcance una producción de cerca de 50 GWh, lo que la convertiría en una de las más grandes de Europa. Pero más allá de los números, su efecto simbólico y práctico es mayúsculo: Aragón se convierte en referente nacional y europeo de la movilidad eléctrica.
Obras en la planta de Stellantis donde se construirá la gigafactoría. / Jaime Galindo.
Las noticias recientes refuerzan que la automoción aragonesa está pisando el acelerador chino. A lo largo del año se han multiplicado los movimientos industriales vinculados a empresas chinas y al coche eléctrico, y cómo los anuncios iniciales dejan de ser promesas para transformarse en contratos, adecuaciones de naves, estudios técnicos y contactos con proveedores locales. Ese pulso entre lo que se pretende y lo que se concreta marca el carácter ambicioso del momento: no se trata de unos cuantos proyectos aislados, sino de una ola sistémica que atraviesa toda la cadena industrial.
En ese contexto, el protagonismo de CATL no es solo el de la inversión mayoritaria, sino el de ancla para otros actores que ven en Aragón una plataforma segura para crecer en Europa. De hecho, la llegada de trabajadores chinos, técnicos especializados y equipos de transferencia tecnológica refuerza el perfil internacional del proyecto. En los documentos de planeamiento urbanístico ya se perfilan accesos, conexiones eléctricas y sistemas logísticos de gran escala que auguran que la gigafactoría no será una instalación aislada, sino el núcleo de un entorno industrial de gran densidad.
Leapmotor: El coche chino que se fabricará en Zaragoza
Leapmotor entra en escena como el aliado elegido por Stellantis para anclar la producción eléctrica en Aragón. Su modelo B10, un SUV de corte competitivo para el mercado europeo, será uno de los primeros en ensamblarse en Figueruelas, proyectándose un inicio de producción hacia 2026. Además, están los estudios para ubicar en Mallén un taller de montaje de baterías, lo que permitiría una mayor integración del valor añadido local.

El ‘Lafa 5’ de Leapmotor se presentó hace poco en el salón de Munich. / LEAPMOTOR
La estrategia de Leapmotor apunta a fabricar localmente para evitar barreras arancelarias, acelerar la distribución europea y fortalecer su marca con un sello made in Europe. En ese sentido, Aragón se convierte en laboratorio y plataforma de prueba para su expansión continental. No es solo una fábrica más: es un puente entre China y el mercado europeo, con Stellantis como socio estratégico y Figueruelas como puerta de entrada.
Stellantis: Puente entre el modelo tradicional y la nueva era
Stellantis no es un espectador: es el eje que sostiene toda esta reconversión. La factoría de Figueruelas ha sido durante décadas uno de los motores industriales más sólidos de Aragón, con modelos como el Opel Corsa, el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross saliendo de sus líneas de montaje. Sin embargo, la compañía ha anunciado cifras recientes que apuntan a una mayor diversificación de su producción: a partir de los planes de agosto de 2025, la planta zaragozana comenzará a fabricar un segundo coche, lo cual eleva la complejidad operativa y refuerza su papel en la cartera de modelos del grupo.

El consejero delegado de Stellantis, Antonio Filosa (1d), que asumirá el cargo el 23 de junio, ha visitado este viernes la planta del grupo de automoción en Vigo, y ha destacado que España es «un paÃs muy importante para la compañÃa». EFE/ Stellantis SOLO USO EDITORIAL SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÃA (CRÃDITO OBLIGATORIO) / Stellantis
Ese anuncio adquiere relevancia cuando se considera que Stellantis también está adaptando la planta para incorporar la plataforma eléctrica STLA Small. De ese modo, no solo acoge nuevas marcas –como Leapmotor–, sino que transforma su propia producción para ser compatible con el futuro eléctrico. Gracias a esta doble vía –mantener modelos tradicionales mientras adapta líneas al nuevo paradigma–, Stellantis actúa como puente entre el pasado y el futuro de la automoción en Aragón.
La coexistencia entre los modelos actuales y los proyectos eléctricos exige inversiones incesantes: ajustes en robots, líneas, procesos de carrocería, ensamblaje, integración de software y baterías. La fábrica tiene la presión de no desatender su negocio tradicional mientras acomete la transición. Esa operación de equilibrios es clave para que la reconversión sea gradual y sostenible.
Fagor y Duoli: El regreso industrial de Borja
La planta de Fagor Ederlan en Borja, que cesó actividad en 2019, está al borde de renacer como eslabón esencial del nuevo ecosistema automovilístico. El acuerdo entre el grupo Mondragón y la china Duoli Technology, que ya opera como proveedora de Leapmotor, propone recuperar esa factoría para fabricar componentes estructurales y chasis del modelo B10. Se estima que más de 200 empleos directos podrían activarse cuando la planta esté a pleno rendimiento.
Ese proyecto no es solo industrial, sino simbólico. Borja recupera un protagonismo que perdió en la anterior ola de desindustrialización. Las naves existentes, de más de 30.000 metros cuadrados, ofrecen una base inmediata para reacondicionamientos. Pero el reto será tecnológico: adaptar maquinaria, calibrar procesos nuevos, atraer personal cualificado y coordinar logística con el núcleo de producción en Figueruelas.

Fagor firmó una alianza estratégica con el grupo chino Duoli Automotive Technology, este año. / SERVICIO ESPECIAL
Además, la reapertura de Borja tiene un valor estratégico para el control territorial: con ella, la reconversión no se queda confinada a la zona de Zaragoza, sino que se extiende a comarcas interiores, favoreciendo un desarrollo más equilibrado. Si Duoli y Fagor cumplen con las expectativas, Borja podría volverse un nodo de la cadena regional de componentes y servir como efecto espejo para otras localidades que buscan reindustrializarse.
Juneyao: La puerta comercial y de distribución
Juneyao entró con un paso más discreto, pero con ambición clara: abrir en Zaragoza una filial comercial para distribuir vehículos eléctricos chinos en Europa. La inversión inicial anunciada ronda los 10 millones de euros, orientada a establecer la red de ventas, servicio posventa y logística. Si el mercado responde, el proyecto contempla fases de ampliación que podrían incluir centros logísticos o incluso ensamblaje ligero.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se reunió recientemente en China con los dirigentes de Juneyao. / AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA
Su decisión de instalarse en Zaragoza no es casual: combina posicionamiento estratégico en la red europea de transporte con proximidad a los proyectos productivos. Juneyao representa, de otra manera, la puerta de salida comercial de esta ola inversora, siendo el eje que conecta la producción china con el mercado europeo, desde el territorio aragonés. Juneyao refuerza la idea de que Aragón ya no solo atrae fábricas, sino propuestas integrales de movilidad eléctrica.