Marc Márquez ha ganado su séptimo campeonato del mundo de MotoGP y, por si había dudas, ya no parece tener rival en el podio histórico de mejor piloto de todos los tiempos. Por mucho que le escueza a Rossi y sus ultras. Tras unos años lejos del liderato con las lesiones como principal causa, llegó a plantearse la retirada, pero finalmente desistió de dicha idea y siguió adelante, como el luchador que es. Con todo esto, terminó reconociendo que se trata de «más que un título, ya que es el reto más importante de mi carrera». «Cuando estás en la cumbre, en la gloria, cosechando campeonatos y victorias, cuando caes, el golpe es aún mayor, porque caes hasta el fondo del hoyo y no es fácil salir de ahí», puntualizó.
Sorprendió Márquez reconociendo que de la carrera que ha hecho el último sector llorando dentro del casco. «Además, entre las lágrimas y el humo de la moto de Pecco pensé ‘qué pasa, que ya ha empezado la fiesta’, qué está pasando. Bromas aparte, hoy no podía controlar las emociones, incluso antes de la carrera ya me resultaba difícil controlarlas».
Marc Márquez celebra el título. / FILIP SINGER / EFE
También lágrimas tras la carrera
Tras su victoria, Marc pasó ante los micrófonos de DAZN visiblemente emocionado. Era el mundial más importante de su carrera y sus lágrimas lo demostraron: «Me cuesta hablar. Lo primero que me sale es que estoy en paz conmigo mismo. Hay mucha gente que me ha ayudado para salir de aquí», reconoce. «Las decisiones las tienes que tomar tú… pero no quiero recordar por lo que he pasado. Quiero disfrutar del ahora, eso es lo más importante. Estoy en paz. No quiero dar nombres de agradecimiento porque no acabaría, pero ellos saben quién son».

Marc Márquez, en el gimnasio de Red Bull, recuperándose de su húmero. / RED BULL MEDIA
Por su abuelo Ramón
Durante años, Marc vivió entre quirófanos y recuperación, con un húmero derecho que parecía no darle tregua. Entre las motivaciones más íntimas que han empujado a Marc Márquez a no rendirse, destaca la figura de su abuelo (y el de Álex Márquez) Ramón, fallecido el año pasado. «Mi abuelo era de los partidarios de que lo dejara, porque decía que ya tenía suficiente para vivir, él es muy directo en eso. Le dije: ‘Abuelo, te prometo que en el húmero es la última operación, pero déjame probar porque hay una solución y me la están dando. Déjame probarla'». Pues probó, ganó y le pudo dedicar un nuevo campeonato.