Defender la democracia día a día

El camaleón tiene la capacidad de mover los ojos de manera independiente y en 360 grados. Esta es una habilidad que deberíamos poder desarrollar en este nuevo curso político: un ojo puesto en el estado y otro en la autonomía. La política multinivel nos obliga a prestar atención a Cataluña y los vaivenes de Junts –intereses económicos con posición de privilegio en España, o demandas independentistas y pugna con la extrema derecha catalana, esa es su cuestión–; a las elecciones de marzo en Castilla y León –previsible vuelco electoral–; y de junio en Andalucía. Sí, han pasado ya casi cuatro años desde que la extrema derecha campa institucionalmente a sus anchas. Con siglas propias, claro. La incurrencia electoral de estos territorios nos afectará en tanto que el gobierno valenciano está subordinado al PP de Feijoo. O de Ayuso, tampoco está muy claro. También influirá la nueva fase del gobierno estatal con Sánchez como referente internacional. Todo ello podría traducirse en movimientos de conquista en el espectro de la derecha, combinados con arremetidas para producir abstención en el electorado de centro e izquierda.

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