Cuando dormir en la calle de Alicante es la única opción

Alicante se ha convertido en un dormitorio a cielo abierto que va a más. En el centro y en la periferia, en plazas históricas y en los solares más alejados, la imagen se repite: hombres y mujeres que duermen en tiendas improvisadas, bajo marquesinas o entre los ficus que adornan la ciudad. Desde la Rambla hasta la Explanada, pasando por Séneca, Gabriel Miró o la plaza de España, la escena se ha vuelto cotidiana. También lo es en la trasera de Casa Mediterráneo, en las laderas del Benacantil o en los asentamientos de los PAU 1 y 2 y Rabasa. Allí donde se mire, en Alicante donde termina la acera comienza el hogar.

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