La noticia del hallazgo de posibles rastros de antiguos microorganismos en Marte, anunciado hace tan solo unas semanas, ha dado la vuelta al mundo. Por primera vez en la historia, se ha aportado un indicio clave para saber si la vida en nuestro planeta es una anomalía cósmica o si efectivamente hay otros latidos. Según explican los expertos, las rocas marcianas recolectadas por Perseverance reúnen «los mejores indicios hasta la fecha de la existencia de vida extraterrestre», pero, a su vez, redoblan la presión para seguir profundizando en estudios que permitan confirmar o desmentir esta hipótesis, sobre todo ante el miedo de que Trump cancele o recorte drásticamente la primera misión diseñada para traer rocas marcianas a la Tierra. «Estamos ante la muestra más clara hasta la fecha de posible vida en Marte y esto debería ser un llamamiento a seguir investigando, no a lanzar especulaciones», comenta Jesús Martínez-Frías, uno de los científicos españoles que ha protagonizado este hallazgo.
«Estamos ante la muestra más clara hasta la fecha de posible vida en Marte y esto debería ser un llamamiento a seguir investigando, no a lanzar especulaciones»
La prueba más fehaciente hallada hasta la fecha de que no estamos solos en el universo es una piedra con estampado de leopardo descubierta en un antiguo lago de Marte. Hace ya un año, el todoterreno espacial Perseverance, en su campaña de exploración del cráter Jezero, se percató de la presencia de una roca con un patrón de manchas negras y nódulos claros. Tras meses de análisis, los científicos han podido confirmar que se trata de una curiosa combinación de minerales como la vivianita (fosfato de hierro hidratado), greigita (sulfuro de hierro), carbono orgánico y metales como zinc y níquel. Los expertos afirman que este ‘mix’ podría ser la huella de microorganismos que habitaron Marte en un pasado no tan remoto. Aunque, apuntan, también podrían haberse formado mediante otros procesos no relacionados con la vida.
«Para que nos entendamos: es como si vas por el campo y te encuentras restos de comida y deduces que por ahí han tenido que pasar unos montañeros. No tienes pruebas directas pero, con lo que ves, puedes interferir que allí algo ha pasado», explica, en todo divulgativo, el astrofísico y divulgador científico Juan Ángel Vaquerizo. «Podría haber otras explicaciones, sí, pero es la muestra más convincente hallada hasta la fecha de que hubo vida en Marte», añade este especialista, quien afirma que la investigación alrededor de esta roca marciana es un ejercicio de «geología forense» sin parangón que podría cambiar la forma en la que buscamos vida en Marte.
«Podría haber otras explicaciones, sí, pero es la muestra más convincente hallada hasta la fecha de que hubo vida en Marte»
Entornos habitables
Uno de los aspectos más interesantes de este hallazgo, y sobre el que ahora se centrarán las investigaciones, es justamente el lugar donde se ha realizado. Y es que esta ya aclamada roca marciana se ha descubierto en un antiguo lago marciano que, según apuntan los expertos, pudo haber reunido las condiciones para la vida hace miles de millones de años. Esto plantea al menos dos nuevas líneas de investigación. «Por un lado, seguiremos buscando indicios similares en otros puntos del cráter Jezero para ver si estas posibles biofirmas se repiten. Y, por el otro, también indagaremos en entornos similares a este presentes en la Tierra para estudiar si la combinación de estos compuestos es un signo inequívoco de vida o si hay otras explicaciones posibles», afirma Martínez Frías, quien también lidera uno de los proyectos de investigación de «análogos marcianos» en Tenerife.
Los científicos se disponen a estudiar en «entornos marcianos» como Tenerife si esa combinación de minerales es o no indicador inequívoco de vida
La clave del debate, explican los expertos, es el cambio de estrategia en la búsqueda de vida extraterrestre. Mientras que en los albores de la exploración marciana se lanzaron misiones como las Viking para intentar encontrar trazas directas de vida en Marte, la estrategia actual se centra en «reconstruir su potencial de habitabilidad«; es decir, en estudiar si alguna vez existieron condiciones capaces de sostener organismos vivos. En este sentido, el hallazgo de esta roca ‘leopardada’ representa un punto de inflexión, ya que no solo sugiere la presencia de vida pasada sino que, además, señala que Marte cumplía las condiciones para albergarla. La distinción, afirma Vaquerizo, es crucial ya que «un descubrimiento extraordinario requiere pruebas extraordinarias» y, en ciencia, eso pasa por hablar con cautela.
Misiones marcianas
¿Entonces qué se necesita para confirmar si esas manchas son una huella de vida extraterrestre o no? Según explica Martínez-Frías, quien lleva toda una vida dedicada a las misiones marcianas, para confirmar o desmentir esta hipótesis «se necesitan análisis mucho más sofisticados que los que un robot puede realizar en Marte». De ahí la importancia de las futuras misiones que, por primera vez en la historia, planean enviar sondas a Marte, recoger muestras del suelo y traerlas de vuelta a la Tierra para su análisis. En estos momentos hay dos proyectos de este tipo sobre la mesa: la misión Mars Sample Return, que Trump amenaza con cancelar o recortar drásticamente, y la misión Tianwen-3, anunciada hace unas semanas por China y que, previsiblemente, despegará antes de que termine esta década.
Trump deja en el aire la gran misión para traer muestras marcianas a la Tierra, mientras China anuncia que lanzará un proyecto similar antes de que termine esta década
En paralelo, Europa trabaja para lanzar el rover Rosalind Franklin, que desplegará una maquinaria de última generación capaz de perforar hasta dos metros de profundidad y acceder a materiales mejor preservados de la radiación y que, quizás, podrían contener más indicios de vida presente o pasada. Habrá quien, llegados a este punto, también se pregunten por la opción de enviar astronautas de carne y hueso a Marte para profundizar en la labor. Pero este horizonte, según afirma Vaquerizo, es algo «aún muy alejado en el tiempo«, «sin fecha fija» y, sobre todo, «sin un plan claro para lograrlo» por lo que, hoy por hoy, estaría más en el terreno de la ciencia ficción que de la realidad.
Europa avanza en el diseño de una misión robótica para perforar la superficie maricana y buscar vida en el subsuelo
Pese a todo, los expertos coinciden en señalar el hallazgo de esta piedra marciana como el descubrimiento más importante del planeta rojo desde la misiones Viking y, a su vez, un punto de inflexión en la búsqueda de vida extraterrestre. Sobre todo porque ahora los científicos saben qué combinaciones de minerales y qué contextos buscar para intentar encontrar vida más allá de nuestro planeta. Esta estrategia de «leer» posibles huellas de procesos biológicos en las rocas podría exportarse, con adaptaciones, a otros mundos similares como Europa o Encélado, las lunas heladas de Júpiter y Saturno. El hallazgo abre, en definitiva, una nueva marcada por la prudencia científica, pero también por la emoción de intuir, quizá por primera vez con fundamento sólido, de que quizás no somos la única forma de vida que ha brotado en este gigantesco y caótico universo.
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