Lo de entrar en política surgió jugando una pachanga de fútbol con amigos de toda la vida. «Aquí hay gente más preparada que en el equipo de gobierno de la ciudad», soltó uno mientras se ataba las botas, contó Juan Franco en una entrevista al El País. La Línea de la Concepción encadenaba escándalos judiciales heredados de los anteriores alcaldes, unas arcas municipales en quiebra con hasta 11 nóminas sin pagar y un serial de noticias con el narcotráfico como protagonista que tenían la moral de la ciudad por los suelos. «Éramos unos ‘apestaos'», recuerda a El Correo de Andalucía. La vecina perpetua a los pies del peñón de Gibraltar estaba cansada de sambenitos y de las eternas promesas de los partidos que se habían turnado en el poder a todos los niveles sin dar respuestas a esta ciudad de 65.000 habitantes. Era irse o trabajar por el pueblo. Decidieron lo segundo.
Más o menos así es como surge la idea de La Línea 100 x 100, la marca que nació en 2014 de la mano de un perfil atípico, una de esas raras avis que entran en política para no ejercer de político al uso: Juan Franco (La Línea de la Concepción, 1975), un funcionario de Hacienda, licenciado en Derecho y en Historia. En la primera convocatoria, en 2015, empató a nueve concejales con el PSOE y dejó al PP con cinco, IU y el PA se conformaron con uno cada uno. Con este resultado cogió la vara de mando y aprendió a sacar adelante una ciudad paralizada. En las siguientes municipales, las de 2019, arrasó con 21 concejales de 25. Y en las últimas de 2023, sumó un concejal más y consiguió la vitola del alcalde más votado de España en una población de más de 50.000 habitantes.
«Yo quiero un juan franco en mi pueblo». Es una frase que se escucha con frecuencia en los municipios del Campo de Gibraltar. La fórmula se ha replicado en Los Barrios, Tarifa, donde gobiernan, y en San Roque, donde están en la oposición.
En menos de diez años, ha logrado sacar de la irrelevancia a La Línea sin abandonar ese ceceo cantarín con el que se dirige al vecino, al presidente de la Junta, al ministro de Exteriores o al Papa de Roma, si encarta. Un breve paseo por las calles del centro -notablemente recuperado tras años de degradacion social y urbanística- basta para palpar la cercanía con la que despacha los asuntos de una tierra que, como contó en una entrevista a este medio, es una suerte de Macondo. «El realismo mágico se da en La Línea», dijo en aquella charla. Hace las cosas que hace cualquier alcalde pero además convive con la última colonia en suelo europeo, Gibraltar, y sufre las consecuencias de la exhibición de fuerza social de los clanes del narcotráfico que han crecido en sus calle. A 14 kilómetros el mayor productor de hachís del mundo, Marruecos. El problema venía de serie.
«No hay alternativas creíbles en la oposición»
Usa pocas perifrasis. «Habla claro», dicen de él. En su día abogó por la legalización de las drogas con el objetivo de que aflore todo el negocio del narco. En un partido ‘normal’, formular esta idea hubiera requerido grandes debates con la cúpula. «No tengo jefe. Mis jefes están tomando un café en la calle Real o en la Atunara. No están en Madrid, ni en Cádiz, ni en Sevilla. Ese mensaje ha calado. Y hemos conseguido desmantelar a la oposición; hoy no hay alternativas creíbles en otros partidos», comentó en aquella charla.
La forma en que lo definen desde los partidos convencionales varía. PP: «con todo el respeto, es un Jesús Gil, sin él, ese partido se cae»: IU: «Vende La Línea al mejor postor»; PSOE: «Lleva amagando con esto desde hace tiempo, a ver».
La opinión pública andaluza lo conoce fundamentalmente del serial de entrevistas a pie de Verja que ha dado durante los meses de negociación del acuerdo y también de intervenciones municipales que se han hecho virales. Hay una célebre: Juan Chacón, portavoz municipal del PSOE, toma la palabra en un pleno municipal para exponer una idea… tan extravagante como ilustrativa del nivel.
-Le ruego que se habilite la zona de aparcamiento que teníamos los concejales antes. Es muy compicado aparcar, me he venido tres cuartos de hora antes del pleno y he tenido que dar tres vueltas para estacionar. Además, relativamente lejos.
-Tiene usted un párking por 2,80 euros debajo del ayuntamiento, tiene 50 o 70 euros en dietas que se pagan por pleno, para que lo use en dietas, párkings o comerse un bollo si es que tiene hambre. O viene usted andando y hace como Miguelete [un torero de la zona conocido por sus largas caminatas por carreteras de la comarca].
El vídeo se hizo viral, saltó a la prensa nacional y los ‘memes’ de Franco pasaron de móvil a móvil. El PSOE no tuvo más remedio que apartar a Chacón de la portavocía local.
No habrá salto a la política autonómica
«Tengo el cargo más importante del mundo: soy alcalde de La Línea de la Concepción«. Lo dice con convencimiento, por eso ya ha dicho que no dará el salto a la política autonómica, aunque, sin duda, tutorizará la vida futura de 100×100 unidos, el partido con el que busca, desde Cádiz, ser decisivo para la formación de Gobierno en Andalucía. «Yo siempre me he presentado a los exámenes para sacar un 10, luego podría quedarme en el 6, pero estudiaba para el 10», avisa.
Mientras esto llega, si llega, Franco tiene por delante unos meses agitados en la agenda: octubre está previsto que sea el mes donde quede fijado el texto del acuerdo entre Reino Unido/España y UE para el encaje de Gibraltar en la zona Shenguen, que se llevará al Parlamento Europeo en diciembre. En los primeros meses de 2026, está previsto el derribo de la Verja, con los problemas del acceso a la vivienda y movilidad que de manera inmediata sufrirá La Línea. Y en primavera, vivirá la primera campaña electoral en clave autonómica de un invento que, cuenta, muchos reclamaban y hasta ahora no había encajado en los planes.
Con permiso de la Balompédica Linense -una religión por aquellos lares que profesa-, Franco es del Betis y acompaña a su equipo siempre que puede. Tiene dos niños, que le han salido también futboleros: uno juega en un equipo de alevines contra uno de los hijos de Fabián Picardo, el ministro principal de Gibraltar, al que llama amigo. «Hay que cambiar el marco mental». Se le ve ilusionado.











