Este mes de septiembre se
cumple un año desde la puesta en marcha de la Comisión Asesora de
Reparación de Víctimas de Abusos, conocido como el plan PRIVA,
constituida de forma independiente a petición de los obispos y
religiosos españoles para resolver las solicitudes de reparación
integral en casos de abusos donde la Justicia no puede actuar por prescripción
penal, civil o canónica o el victimario ha fallecido. Se trata de
acompañar, reparar y sanar.
La portavoz del PRIVA,
Sandra Várez, ha recalcado en ‘La Linterna de la Iglesia’ que a lo
largo de los años las instituciones religiosas “han hecho cosas
que no están bien, como reparar cosas que se tenían que haber
reparado en su momento y no ocultarlas”.
Este primer año de vida
de la comisión ha dado mucho de sí, aunque se haya podido percibir
desde la opinión pública que ha sido “un año de silencio”. En
este sentido, Várez ha explicado que en estos doce meses se ha
“creado una estructura de trabajo para que sea una comisión
autónoma, además de haberse reparado también algunos casos”, ha
señalado.
«acompañar a las víctimas y que no se vuelvan a producir»
Concretamente, se han
reparado a lo largo de este primer año del PRIVA un total de 39
solicitudes de las noventa peticiones que han recibido. Una
reparación, subraya Sandra Várez, que pasa por la económica y el
acompañamiento de las víctimas.
“Esta reparación
económica pero también reparación moral que pasa por acompañar a
las victimas en procesos terapéuticos o de sanación por el impacto
que ha tenido en su vida su caso y un compromiso de las instituciones
para acompañar a las víctimas y que no se vuelvan a producir”, ha
precisado.
Las compensaciones
económicas, ha agregado la portavoz del PRIVA, oscilan entre los
3.000 y los 100.000 euros, según la gravedad. Al hilo de esta idea,
Várez ha comentado que “cada caso se estudia de forma
independiente por grupos de trabajo y luego se ponen en común para
elaborar un dictamen”.
Las fórmulas para que las víctimas soliciten al PRIVA una reparación integral
El proceso desde que la
víctima solicita una reparación integral al PRIVA y se elabora un
dictamen puede prolongarse por un periodo de tres meses. Y es que
como ha detallado Sandra Várez, una vez que la víctima se pone en
contacto con la comisión, esta última solicita a la institución
religiosa donde se produjo el abuso “para que le envíe la
información que completa el
testimonio de la victima. Recibido estos informes la comisión puede
evaluarlos”.
Cuestionada
por las dos vías donde la víctima puede canalizar la petición de
reparación integral, la portavoz ha precisado que por un lado puede
ser “a iniciativa de la propia víctima” y por otro “a
iniciativa de las instituciones que tienen un caso no reparado en su
momento y se ponen en contacto con la comisión para que se repare”.
De
las 89 solicitudes que han llegado a la comisión, el 75% fue a
iniciativa de las propias victimas y el resto de las instituciones.
La herramienta empleada por las víctimas para solicitar la
reparación es a través de la web ‘Para dar luz’, en el apartado
PRIVA.
«el perdón sana, pero hay dolores que duran toda la vida por mucho que haya reparación integral»
Sandra
Várez también ha querido aclarar que el dictamen que elabora el
plan PRIVA no es vinculante, sino una recomendación a la institución
afectada: “La comisión determina en qué términos debe hacerse la
reparación, y hasta ahora las instituciones lo respetan y lo acogen
de manera positiva”.
La
portavoz del plan PRIVA ha compartido algunas de las enseñanzas que
ha extraído en estos meses dentro de la comisión, y tiene claro que
“el perdón sana, pero hay dolores que duran toda la vida por mucho
que haya reparación integral. Ese acompañamiento tiene que ser
permanente y la Iglesia, como madre de acogida, tiene que saber
acompañar en eso. Hay voluntad de acompañar y trabajar para que
esto no vuelva a ocurrir”, ha destacado.