Corría el año 2014. Los nuevos partidos —Ciudadanos y Podemos— emergían con fuerza, y los españoles pedían reformas.
El 1 de septiembre de aquel año, Pedro Sánchez anunció que el PSOE celebraría una convención sobre regeneración democrática en la que, entre otras medidas, su partido propondría la limitación de mandatos de los presidentes del Gobierno a dos legislaturas. Esto es, un máximo de ocho años.
Era una iniciativa para «desterrar la vieja política de siempre», que llegaba tras la autolimitación de José María Aznar —que no quiso continuar tras ocho años en el poder— y la de José Luis Rodríguez Zapatero, que declinó presentarse en 2011 tras la catastrófica situación económica.
Ahora, once años después, un Pedro Sánchez que ya no es líder de la oposición, sino presidente, anuncia que optará a ser el candidato en 2027, cuando lleve nueve años en la Moncloa, y con la intención de llegar a trece.
Un nuevo giro de Sánchez que, en el PSOE, justifican porque, dicen, «las circunstancias han cambiado».
Entre esas novedades, que mencionan fuentes de la dirección del PSOE, estaría el auge de los «ultras», en referencia a Vox, que irrumpió por primera vez en el Congreso de los Diputados en 2019.
En la actualidad, los de Santiago Abascal rondan el 17% en las encuestas nacionales y consolidan su tercer puesto.
Pese a todo, desde el Ejecutivo, ministros como Óscar López defienden que Sánchez opte a un tercer mandato —algo que solo hizo Felipe González— porque, aseguran, quieren «defender la democracia».
Seis elecciones
Pedro Sánchez se ha presentado ya cinco veces como cabeza de lista a las elecciones generales y sólo ha ganado dos.
Las primeras fueron las del 20 de diciembre de 2015. Siguió con la repetición del 26 de junio de 2016.
Ya como presidente tras la moción de censura a Mariano Rajoy, consiguió ganar las elecciones del 28 de abril de 2019. Un triunfo que repitió, pero con 3 escaños menos, el 10 de noviembre de 2019 tras una nueva repetición.
En los comicios del 23 de junio de 2023 quedó por detrás de Feijóo, pero logró formar Gobierno al conseguir pactar con Junts.
Si se presenta en 2027, será la sexta vez.
No a los indultos
Paradojas de la vida, en aquella rueda de prensa de 2014, Sánchez también propuso «la eliminación del indulto por fines políticos», una medida que luego acabó aplicando desde la Moncloa a los líderes del procés.
También dijo que había que «despolitizar» los nombramientos en las instituciones y organismos públicos. Algo que no cumplió, como se puede ver en designaciones como la de José Félix Tezanos, exmiembro de la Ejecutiva del PSOE, para dirigir el CIS, y en tantas empresas públicas.
Durante aquella comparecencia, Sánchez aseguró que Bildu —hoy socio del Gobierno— estaba en sus «antípodas», y planteó que la ley debía garantizar que los cargos públicos que se enriquecieran de forma ilícita «lo paguen» con su patrimonio.
«Comprendo la profunda decepción de los ciudadanos con la política de siempre; he venido a cambiar la política en España, a acabar con la política de siempre, desterrar la vieja política y hacer una nueva política con los ciudadanos», manifestaba Sánchez desde Ferraz.
Cuatro años más tarde, llegaría a la Moncloa y todo cambiaría. De aquellas propuestas de regeneración nunca más se supo.