Púrpura en NY, moho en España

Al presidente del Gobierno le sonríe la vida en Nueva York, pero en Madrid no puede pisar la calle. Es esta una realidad muy reveladora.

Mientras allí le agasaja la Universidad de Columbia, aquí el Congreso le tumba uno de los compromisos fundamentales que adquirió con Puigdemont para seguir en la Moncloa: la cesión de la inmigración a Cataluña.

Mientras allí clausura el foro internacional «En Defensa de la Democracia», aquí le reprueban los ministros a pares: Óscar Puente en el Senado y Ana Redondo en el Congreso.

Por eso las sonrisas que regala estos días en Estados Unidos contrastan con su cara demacrada y el maquillaje oscuro que pasea en casa.

Lo último de Sánchez en la Gran Manzana ha sido reiterar su determinación de presentarse a la reelección en 2027, enfatizando ese propósito con la coletilla «es algo que ya he hablado con mi familia».

No cabe duda de que su familia habrá acogido con entusiasmo la decisión, particularmente su hermano, al que acaban de sentar en el banquillo y su mujer, a la que ya le enseñan el camino del jurado popular al doblar la esquina.

Y ojo, que un jurado popular en el Madrid de Isabel Díaz Ayuso, en la mismísima capital del «me gusta la fruta», es un boleto seguro al cadalso. «Me encanta el olor del napalm por la mañana», dicen que se escucha ya en la Villa y corte.

Pero el presidente no se arredra. Para chulapo, él. Por eso, la próxima «Cumbre contra el Extremismo» la organizará en Madrid para que asistan todos los amigos de Nicolás Maduro: Lula, Petro, Boric… Quizás aún podrían hacer hueco a Díaz-Canel.

El grupo funciona un poco como lo hacía el Rat Pack de los Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr… Cuando alguno necesitaba ayuda, el resto acudía a hacer cameos. Sánchez ha visto aquí otra ocasión ganada para polarizar con Santiago Abascal. Veremos si la cita llega a tiempo.

Porque mientras el presidente se baña en púrpura en Manhattan, reflejado en las cristaleras de la ONU, aquí, en el Parlamento y en los juzgados, sufría otro bofetón de realidad.

Suenan las campanadas y Cenicienta tiene que coger la carroza de vuelta.

Podemos se ha declarado en rebeldía. Los de Puigdemont han dicho que antes de Navidades tomarán una decisión. Se vienen turrones con moho.

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