Las agencias de calificación de riesgo Moody’s y Fitch han elevado la nota a España a notable bajo (A3) y notable medio (A), respectivamente, después de que hace dos semanas S&P ya lo elevara a ‘A+’ con perspectiva estable tras 6 años sin cambios.
Las agencias de calificación de riesgo elevan este rating basándose en un desempeño económico mejor de lo esperado que ha aumentado la fortaleza de una economía que ahora es menos vulnerable a las perturbaciones externas.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha reaccionado asegurando que esta calificación supone un «triplete insólito» que visibiliza la confianza en la economía española.
«Esto servirá para atraer a muchos más inversores a nuestras emisiones de deuda, es decir, es un impulso para la demanda de deuda pública y eso se traduce en un ahorro en la factura de intereses que pagamos, del que también se benefician nuestras empresas», ha añadido el ministro.
Tanto Moody’s como Fitch señalan la positiva evolución del mercado laboral, con tasas de actividad y ocupación históricas, como el elemento diferencial en el que se apoya el crecimiento económico, aunque añaden otros factores como la baja deuda del sector privado, un sector bancario saneado y el superávit por cuenta corriente.
Fitch explica que el crecimiento económico se ve respaldado por un gran flujo migratorio y unas exportaciones de servicios sólidas y cada vez más diversificadas.
Moody’s dice que la migración neta seguirá compensando en los próximos años con creces el declive natural de la población española, a lo que suma una reforma de las pensiones que ha conseguido elevar la edad media efectiva de jubilación.
Fitch ha elevado su previsión de crecimiento para 2025 al 2,7%, en línea con el pronóstico del Gobierno, gracias a la limitada exposición a los aranceles estadounidenses y al continuo desendeudamiento externo neto.
Para Moody’s, el crecimiento potencial de España se sitúa en torno al 1,5 y el 1,6%, lastrado por el envejecimiento de la población que frena el crecimiento de la fuerza laboral.
Junto con la inmigración, Moody’s considera que otra ventaja competitiva de España es la producción de energía renovable, que ayuda a reducir la factura energética exterior e impulsa el crecimiento y la estabilidad macroeconómica.
El crecimiento económico permitirá «una modesta mejora» del déficit y la deuda, con la previsión de que el endeudamiento público mantenga una senda a la baja, hasta situarse en torno al 100 % del PIB o ligeramente por debajo de él en 2027.
Sin embargo, advierte de que a medio plazo el aumento del coste de las pensiones y del gasto en Defensa presionará el gasto público al alza.
Fitch apunta como elemento de riesgo al bloqueo político que dificulta cada vez más la actividad legislativa de un Gobierno de coalición en minoría.
Además, señala que el presidente, Pedro Sánchez, «se enfrenta a una creciente presión por las acusaciones de corrupción que involucran al PSOE y a miembros de su familia», mientras que la fragmentación política y regional impide el avance en reformas cruciales para lograr una mayor oferta de vivienda y «el desarrollo de una estrategia coherente de consolidación fiscal».