‘DD40’ no es un reencuentro de Duncan Dhu, sino un homenaje a este mítico grupo donostiarra. ¿Se trata de la reinterpretación de Mikel Erentxun de los grandes clásicos del grupo o una mirada al origen de la banda?
Es una efeméride que me apetecía festejar, una gira centrada en el repertorio de Duncan Dhu pero pasado por el filtro de Mikel Erentxun. Es muy importante lo que dices… no está Diego dentro y por lo tanto no es Duncan Dhu, aunque se parece bastante.
La gira te va a llevar por 49 escenarios, incluyendo paradas en Bogotá y México. ¿Cómo han recibido este aniversario en América?
Pues muy bien. Lo de Bogotá fue la semana pasada. Fue un poco locura porque encajamos el concierto entre Albacete y Oviedo, pero estuvo genial, con más de 20.000 personas. Mereció la pena el viaje.
El aniversario trae también un recopilatorio en formato doble vinilo y doble CD. ¿Es un lanzamiento pensado para nostálgicos o las nuevas generaciones vuelven a los formatos físicos?
La compañía creyó oportuno sacarlo. Es un recopilatorio muy elegante, además en formato vinilo, cosa que no existía. Una forma de tener prácticamente todas las canciones que están incluidas en la gira. Todo junto representa un bonito homenaje a la banda.
En estos 40 años, tanto con Duncan Dhu como en solitario te has rodeado de otros autores como Diego Vasallo, Jesús María Cormán o Rafael Berrio, ¿con quién te identificas más?
He tenido la suerte de trabajar con autores de primer nivel. Quizá con el que mejor me identifico es con Diego, es con el que empecé, el que mejor me conoce. Los demás binomios han funcionado igualmente bien, pero, sin desmerecer a ninguno de los otros, me quedo con Diego.
Duncan Dhu nació un poco a contracorriente, cuando la escena donostiarra estaba dominada por el rock radical. En esos inicios, ¿os sentíais desplazados o diferentes?
Diferentes… desplazados nunca. Aunque no teníamos nada que ver musicalmente con lo que se llamaba entonces rock radical vasco hacíamos muy buenas migas. De hecho, con Kortatu hicimos grandes conciertos en aquella época compartiendo cartel.
La banda arrancó con un estilo muy definido, pero a lo largo de los años cada nuevo disco incorporaba diferentes conceptos. ¿Fue esa una de las claves del éxito de Duncan Dhu?
No sé. Realmente era algo que no podíamos evitar. Diego y yo crecimos muy rápidamente y en muy pocos años hicimos discos muy variados. Empezamos mirando al rock clásico de los 50, pero al final nuestras influencias eran mucho más amplias. Los cuatro primeros discos fueron muy distintos entre sí y todos funcionaron muy bien.
Tu etapa en solitario arranca en 1992 con ‘Naufragios’, y durante más de 30 años has transitado por el rock, el pop, el country e incluso la psicodelia. ¿en qué terreno te muestras más cómodo?
Es cierto que tantos años después mi música se ha tornado bastante clásica. Cada vez me siento más a gusto escribiendo canciones más honestas, y quizá eso se aproxima a un sonido más retro. Poco a poco, sin quererlo, cada artista va encontrando su camino y al final yo, haga lo que haga, acabo sonando a Mikel Erentxun, que creo que es lo más interesante que se puede decir de un artista.
Tu último disco de estudio fue ‘Septiembre’, publicado hace dos años y compuesto por ti al 100%. ¿Es tu trabajo más íntimo?
En realidad el último salió el año pasado, dedicado a la Navidad pero con canciones propias, pero si que es verdad que Septiembre esta para mi entre mis mejores álbumes. Mis últimos discos son muy personales, en el sentido de que hablan de mí, son bastante autobiográficos. En el caso de Septiembre, me sigue pareciendo que está entre mi top 3 de mi discografía. Le tengo un cariño muy especial.
Suscríbete para seguir leyendo