El Atlético de Madrid encara el derbi contra el Real Madrid con un hándicap evidente: apenas 64 horas y media separan la victoria sufrida ante el Rayo Vallecano del nuevo desafío frente al líder de LaLiga. Un margen que queda por debajo de las 72 horas que la propia FIFA y los sindicatos de futbolistas consideran el tiempo mínimo de recuperación entre encuentros.
El equipo rojiblanco ha tenido que programar entrenamientos casi inmediatos tras el pitido final contra el Rayo, con sesiones de recuperación exprés para los titulares y trabajo diferenciado para el resto. Simeone ha intentado rotar en la medida de lo posible durante las últimas semanas, pero la acumulación es innegable: cinco partidos de máxima exigencia en dos semanas.
El contraste con el Madrid
La polémica no estaría tan marcada si no existiera un precedente cercano. La temporada pasada, el Real Madrid alzó la voz con fuerza contra esta misma situación. Carlo Ancelotti llegó a advertir que sin esas 72 horas de margen se ponía en riesgo no solo la competitividad, sino también la salud de los futbolistas. De hecho, amenazó con no presentarse si no se respetaban, incluso la AFE salió entonces en apoyo del club blanco.
El contraste es llamativo ahora: los de Chamartín llegan al derbi tras haber jugado el martes contra el Levante, con más de 88 horas de descanso, mientras que el Atlético lo hará con poco más de 64. Ni el banquillo ni la directiva madridista han levantado esta vez la voz. El silencio blanco subraya el cambio de rol.
El Atlético no es el único esta temporada en la Liga. Celta, Getafe o Athletic Club también han sufrido o sufrirán estas incompatibilidades de calendario, pero la diferencia está en la resonancia mediática: lo que en el Madrid se convirtió en bandera, en otros clubes pasa desapercibido.
El derbi, por tanto, se juega ya antes de empezar. El Atlético llega con la gasolina justa y tras un mal arranque liguero; el Madrid, con tiempo para recargar y pleno de victorias. Pero hoy no toca hablar del calendario.