La Comisión Europea ha confirmado este viernes que Estados Unidos «tiene la intención de garantizar sin demora» que el arancel a los productos farmacéuticos europeos esté sujeto a un arancel máximo del 15%, después de que el presidente Donald Trump haya anunciado que impondrá un gravamen del 100% a las importaciones de medicamentos a partir del 1 de octubre.
Bruselas y Washington cerraron el pasado mes de agosto un acuerdo comercial que dejaba en un 15% máximo el arancel a las exportaciones europeas. El acuerdo se refería al gravamen llamado «recíproco» que Estados Unidos ha impuesto a los productos de todos sus socios comerciales. Pero también a otros sectores.
Una póliza de seguro
Trump se comprometió a aplicar el mismo arancel a algunos de los sectores en los que su Gobierno había aumentado o planeaba aumentar las tasas, alegando cuestiones de seguridad nacional. En particular, los coches, los productos farmacéuticos y los semiconductores. Por eso, a pesar del anuncio del presidente, la Comisión confía en mantener el 15% para las farmacéuticas europeas que exportan a EEUU.
Estados Unidos «tiene la intención de garantizar sin demora que el tipo arancelario» al que estarán sometidos los productos farmacéuticos, la madera y los semiconductores, «no supere el 15%», ha asegurado Olof Gill, el portavoz para la política comercial del bloque. Gill ha insistido en que el pacto alcanzado con la Casa Blanca «representa una póliza de seguro» que garantiza que no se apliquen gravámenes más altos a los productos europeos.
A pesar de que Bruselas ha intentado mandar un mensaje de tranquilidad, a las farmacéuticas les preocupa cualquier escenario en el que haya un aumento de los aranceles, informa Paula Clemente. «Los aranceles sobre los medicamentos, independientemente de lo excesivos que sean, crearían el peor escenario posible: aumentan costes, interrumpen las cadenas de suministro e impiden que los pacientes reciban tratamientos vitales«, ha asegurado este viernes la directora general de la Federación Europea de las Industrias Farmacéuticas (EFPIA), Nathalie Moll.
Cuestiones pendientes
No es la primera vez que el pacto queda en el aire. Ese 15% se debía aplicar también a los coches y las piezas de automóviles. La condición era que la Comisión Europea debía presentar una propuesta formal para rebajar los aranceles a una amplia lista de productos europeos.
Bruselas presentó la propuesta a finales de agosto. Sin embargo, la orden ejecutiva que hizo efectiva la rebaja arancelaria desde el 27,5% al que estaban sometidos los vehículos europeos, solo llegó la pasada semana. Aunque eso sí, tendrá carácter retroactivo, aplicándose desde el 1 de septiembre. La misma duda surge ahora con los productos farmacéuticos.
La otra cuestión por resolver sigue siendo qué pasa con las importaciones de acero y aluminio, con algunos productos sometidos a un arancel de hasta el 50%. En el acuerdo, Estados Unidos y la UE aseguraron que trabajarán para pactar cuotas con un gravamen rebajado. Ambos comparten el análisis de que el problema real es la sobrecapacidad en el mercado, de la que la principal responsable es China.
Sin embargo, el acuerdo depende en parte de qué pase con las salvaguardas que la UE introdujo en 2018 y ha renovado hasta junio del año que viene. Esas medidas limitan la cantidad de acero que puede importarse a la UE sin aranceles. El objetivo, ante la situación en el mercado global, es precisamente proteger al sector.
En paralelo, las negociaciones continúan. «La UE y EEUU siguen comprometidos con la aplicación de los compromisos de la Declaración Conjunta, al tiempo que exploran nuevas áreas para la exención de aranceles y una cooperación más amplia», ha dicho Gill. Entre los sectores para los que Bruselas busca exenciones al 15% está, por ejemplo, el vino.
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