Escándalos y trifulcas que enturbiaban la convivencia fueron el caldo de cultivo perfecto para una discusión vecinal que acabó de la peor forma en el barrio de Los Llanos, en Vecindario. Una mujer de 58 años se dirigió el 28 de febrero de 2023 al dueño de la vivienda colindante para quejarse del ruido, debido a que sus nietos estuvieron a punto de despertarse por el bullicio que había causado la noche anterior. Lo último que esperaba, según su declaración, es que volviera a entrar a su vivienda, agarrase un cuchillo de la cocina y la apuñalara en el cuello sin mediar palabra.
Por estos hechos, y un enfrentamiento posterior con el marido de su vecina, el acusado Ross Mayke V. A. afronta una pena de 12 años de cárcel. La mujer agredida, que pudo recuperarse de las lesiones tras recibir tres puntos de sutura, declaró este jueves en el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas que «no tenía enemistad con él» pese a las discusiones previas que había mantenido el encausado con otros residentes del barrio. «Él estaba en su casa y yo en la mía, solo lo veía por la noche. Lo único que tenía con nosotros era que yo le estaba dando luz a una vecina de abajo y a él no», añadió.
Su relato es que sobre la una de la tarde del día de los hechos estaba tendiendo la ropa a la entrada de su vivienda, situada en la calle Ifara, cuando se encontró con el presunto autor. «Nada más le dije que si llegaba a despertar a mis nietos, la que se hubiera formado», aseguró. Acto seguido, mantiene, su vecino se fue a su casa y se acercó a ella, que pensó que le iba a dar un puñetazo y no se dio cuenta de que llevaba dos cuchillos en las manos hasta que vio cómo la sangre emanaba de su cuello.
«Nada más le dije que si llegaba a despertar a mis nietos, la que se hubiera formado», declara la víctima
Impactada por la situación, se metió rápidamente en su casa, donde se encontró a su marido, que se encontraba en el salón. Este decidió salir a la entrada, que se divide de la vivienda colindante mediante un separador mediano, con la intención de arrebatarle las armas que portaba en ese momento el presunto agresor. Así comenzaron un forcejeo que terminó por derribar el muro, el cual cayó sobre la pierna derecha del perjudicado y le ocasionó una fractura de la tibia y el peroné.
Su relato difiere de la versión del acusado, que negó haber cometido los delitos de tentativa de homicidio y lesiones que le atribuye la Fiscalía. A preguntas de las partes, tachó de «falso» que hubiera hecho ruido esa noche y afirmó que los reproches de su vecina debido a ello nunca existieron.
Versión del acusado
Al contrario, sostiene que ese mismo día, mientras estaba visitando a unos familiares, sufrió un robo en su vivienda. Cuando volvió al domicilio se lo encontró patas arriba y revuelto, por lo que hizo varias llamadas a la policía con la intención de presentar una denuncia.
Mientras hacía todos los trámites para dar el aviso, añade que se encontró a su vecino en el descansillo de la puerta de su vivienda y este le espetó: «¿Para qué coño tocas en mi casa?». Él negó haberlo hecho porque no tenían relación ni se hablaban y, conforme a su versión, se dio la vuelta y sintió un fuerte golpe con un palo en la cabeza.
Después, afirma que se metió a su vivienda, agarró un cuchillo de la cocina, salió con él a la calle e hizo un gesto con el arma apuntando hacia abajo por encima del muro divisor que daba a parar a la casa colindante. Añade que en ese momento reflexionó y dejó caer el cuchillo, mientras que su vecino trataba de derrumbar el muro para acceder a la zona de su vivienda, lo que habría provocado la caída del mismo.
Informe médico
Declaró que pasó un mes con dolor de cabeza como consecuencia del golpe que recibió en la cabeza y se aquejó de no haber sido trasladado al hospital por la Guardia Civil. Sin embargo, a este respecto el tribunal matizó que el atestado de los agentes que intervinieron refleja que fue esposado hasta el centro médico y le indicó la existencia de un informe del profesional que le atendió en ese momento.
Con respecto al corte de cuatro centímetros que presentaba su vecina en la barbilla, se desligó completamente. Aseguró que a posteriori, cuando se encontraba en el módulo de prisión, coincidió con un amigo del hijo de la víctima. Este supuestamente le dijo que quien la atacó fue su marido y le contó que el hijo del matrimonio salió corriendo detrás de él hasta un parque cercano poco después del ataque para intentar vengarse.
La defensa apunta que no existen huellas ni pruebas físicas de que hubiera empleado el cuchillo contra la mujer
También declaró la otra víctima, el vecino del acusado, que aseguró que este último llevaba «un par de días armando escándalo y alterando a todo el mundo». Declaró que la noche anterior a la trifulca los ruidos se habían intensificado porque había estado hasta altas horas destrozando los muebles y la caja de contadores.
El agredido relató que vio la agresión a su mujer desde el salón de su vivienda y salió rápidamente para intentar frenar el ataque. «Siempre estaba amenazando a las personas que estaban por ahí. Decía que si no iban a la justicia les iba a enganchar«, expresó.
También declaró una vecina que pasaba en ese momento por la calle y que vio el supuesto ataque a la mujer y cómo se caía el muro, aunque no llegó a observar al marido de ella por los alrededores.
Ánimo de matar
El fiscal considera que «no hay duda alguna del ánimo de matar» por el arma empleada, la zona atacada y las circunstancias y señaló que la justicia «no puede tolerar que ante una discusión vecinal la respuesta sea atacar con un cuchillo».
La defensa, en cambio, considera que no existen huellas ni ninguna prueba de que el acusado haya empleado el cuchillo que encontraron en su vivienda y señala que si hubiera tenido ánimo de matar habría ido directamente a la entrada, así que pide su absolución y, subsidiariamente, que se consideren lesiones leves.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
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