En ocasiones, los pases de droga no suponen una mayor complicación que ponerle los grilletes a quien la Policía ha visto cómo entregaba a otro una dosis de cocaína, por ejemplo. Pero que Kara Mostefa A. (Argelia, 1992) lo hiciera en el rellano de su bloque sin tomar ninguna precaución fue delatador, más aún porque dos agentes de paisano habían seguido al cliente hasta allí. Y sabedor de lo que guardaba en el interior de este piso de la calle Las Armas agredió a estos dos policías para intentar refugiarse en su casa, donde guardaba unos 70 gramos de cocaína y otras sustancias estupefacientes. Tanto es así que este jueves ha reconocido los hechos ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza al aceptar una pena de tres años y seis meses de cárcel.
Estos han sido los términos del acuerdo suscrito entre el ministerio fiscal, su abogada defensora, la letrada Eva Salas, y el abogado que ejerce la acusación particular en representación del sindicato Jupol, el letrado Marco Antonio Navarro, una conformidad que recoge una pena de tres años de cárcel por un delito de tráfico de drogas y de seis meses de prisión por un delito de atentado a la autoridad. Se trata de una condena ligeramente inferior a la que se solicitaba inicialmente con penas que en su conjunto sumaban seis años y seis meses de cárcel.
Los hechos tuvieron lugar el mediodía del 17 de mayo, en torno a las 13.00 horas, cuando los dos agentes de paisano estaban patrullando por esta zona del barrio de San Pablo. En un momento dado vieron como un varón accedía a un inmueble en el que sabían que se vendía droga. Por eso le siguieron. Y con sigilo subieron por las escaleras del edificio hasta que fueron testigos del intercambio de una papelina de cocaína por 30 euros.
En ese momento sonó un «¡alto la Policía!» que sorprendió a Kara Mostefa A. y su cliente hasta el punto de que este argelino de 33 años arremetió contra los agentes para evitar que le detuvieran. Pero no le dio tiempo a refugiarse en el interior de su piso. En el registro se intervinieron 70 gramos de cocaína, una veintena de pasillas de hachís y los útiles necesarios para la preparación y la venta de droga, entre ellos, una báscula de precisión. Entre las pertenencias del acusado también hallaron 1.200 euros en efectivo.