Tiene 19 años y acumula 14 detenciones; la última, la madrugada de este miércoles; la penúltima, hace solo tres días. Entrar y salir del calabozo, tras cometer diferentes robos y agresiones, es una de las aficiones de este joven —sin domicilio conocido— al que la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha vuelto a arrestar tras agredir a viandantes, golpear a la empleada de un establecimiento y robar móviles y cadenas de oro. En el momento del arresto, intentó agredir a los policías y pateó el coche patrulla y la mampara de protección policial.
Los hechos comenzaron sobre las 23 horas de este martes, en el barrio de Arenales. La sala 092 recibió un aviso que pedía la presencia de la Policía en la calle Ángel Guimerá porque un joven causaba desórdenes públicos y agredía a vecinos de la zona.
Los agentes lo localizaron en Molino de Viento y, al darle el alto policial, observaron que intentó ocultar un teléfono móvil en un hueco de la pared. Al pedirle que lo desbloquease, no supo hacerlo y argumentó que se lo había dejado un amigo. No dio más datos. En su poder tenía también cuatro cadenas y un anillo dorado que no pudo decir dónde las había conseguido.
Mientras comprobaban la documentación, un segundo testigo requirió a los agentes. Ese chico —les dijo— acababa de entrar en unos recreativos cercanos e increpó a la empleada a la que terminó golpeando. La víctima confirmó los hechos. El joven —de origen marroquí y al que no conoce— entró en su local con una botella de cristal en la mano, golpeó el mostrador y, totalmente agresivo, le provocó un corte en el pie. Cuando vio la herida, huyó.
La Policía procedió a detenerlo, pero en ese momento se encaró e intento atacar a los agentes y, al no conseguirlo, pateó el coche policial. Una vez dentro del coche, continuó dándole patadas a la mampara de protección. El detenido intentó autolesionarse golpeándose con los barrotes de la celda, sin lograr causarse lesiones aparentes.