Matías Almeyda, entrenador del Sevilla, estaba apesadumbrado tras consumarse la derrota ante el Villarreal, un resultado en el que influyeron muchos factores. Uno de ellos fue seguro la precipitación del técnico a la hora de hacer los cambios, algo que reconoció de alguna forma en su análisis de lo ocurrido.
“Fue un gran partido, por un momento nos entusiasmamos demasiado, sobre todo con diez jugadores y quedamos muy expuestos para los contragolpes. Pero valoro la actitud de estos chicos ante un gran equipo. El marco era perfecto para sumar lo que queríamos, pero así tiene que ser”, decía el entrenador nacido en Azul.
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Almeyda abundaba en la precipitación como el gran error ante los de Marcelino. “Habíamos hablado para evitar eso. Muchas veces esas ganas de querer más te llevan a cometer el error. Una lástima porque ante un gran equipo se estaba haciendo un buen partido”, agregaba.
El técnico explicaba la decisión de agotar los cambios y la lesión de Nianzaou.
“Muchas veces tomamos decisiones por querer ganar el partido. Quería asegurar la defensa con él porque sabía que no estaba para 90 minutos y era el momento justo para ponerlo. Había jugadores que ya estaban cansados pidiéndome el cambio y agotamos los cambios para ganar el partido. Nunca piensas que vas a quedar con diez”.
En el final de su discurso abundó en destacar el trabajo de sus jugadores y la decepción final. “Estábamos entusiasmados y sobre todo cómo se dio el partido ante un rival que está preparado para competir en otros torneos. Dimos la batalla, pero nos quedamos con las manos vacías”.