La presencia de José Ángel durante todo el trabajo de grupo planificado por Antonio Hidalgo fue una de las grandes noticias de la mañana del mércoles en Abegondo después de unos últimos meses que no han sido sencillos para el pivote sevillano.
Operación
Forzó gran parte de la temporada pasada en una segunda vuelta en la que fue capital para el equipo. Una vez que el Dépor logró la salvación, dejó de ser alineado y pasó por el quirófano para solucionar sus problemas de pubalgia. Se enfrentaba entonces a una baja de larga duración que le haría estar al margen al inicio de premporada, pero se esperaba que estuviese listo para el incio de Liga. Una lesión muscular y una viriasis han retrasado su puesta a punto. Ahora está a un paso de ser alta y de integrar las listas de convocados de Antonio Hidalgo.
Su incorporación progresiva dará variabilidad a una zona que ahora mismo es la más castigada del equipo por su lesión y la de José Gragera, que es el único que ahora mismo está haciendo trabajo personalizado en la dinámica del primer equipo. Ante la ausencia de ambos, el técnico recurrió primero a Charlie Patiño y posteriormente situó a Villares de ancla para dar un rol híbrido a Mario Soriano y dar así cabida a todo el torrente ofensivo del equipo.
Sin Rubén
En todo ese puzle no ha aparecido, de momento, Rubén López, quien cuenta con ficha del Fabril, pero es de momento y a todos los efectos jugador del primer equipo. Para nutror el banquillo el entrenador se ha llevado en los últimos encuentros, aunque tampoco ha jugado, a Kike Fernández, quien es uno de los referentes del filial desde la sala de máquinas del equipo de Manuel Pablo.
Con el regreso de José Ángel y el esperado también de Gragera a medio plazo, Hidalgo ganará en variantes, aunque el equipo ha respondido y ha demostrado tener fondo de armario, aunque la plantilla es corta en cuanto a efectivos. Es, sin duda, una decisión consciente que de momento le va dando réditos al equipo tanto por rendimiento como por espacio que otorga a la cantera con los mayores. Eso sí, Hidalgo no se ha librado de la tentación a la que sucumbieron los dos últimos entrenadores. Tanto Idiakez como Gilsanz buscaron en algún momento acercar a Mario Soriano a la base de la creación. En los dos últimos partidos el madrileño ha realizado funciones, ante todo, de 8 mezclada con otras de 8 y 10.
Vía: La Opinión A Coruña