Iberdrola acelera al máximo sus planes de crecimiento y eleva los objetivos financieros y operativos del grupo hasta niveles récord con un nuevo plan estratégico para los próximos tres años y también va más allá con la visión anticipada de las líneas maestras del negocio de la compañía hasta principios de la próxima década. La hoja de ruta que había diseñado la energética para los próximos años había vuelto a quedársele pequeña y, tras pulverizar las metas marcadas, se lanza a actualizar al alza todas sus previsiones.
Iberdrola promete a sus accionistas más beneficios, más dividendos y más inversión frente a la anterior hoja de ruta diseñada hace apenas un año y medio, y aspira ahora a elevar todos los parámetros hasta máximos históricos, según ha desvelado el grupo en su Capital Markets Day, un encuentro con analistas de todo el mundo celebrado este miércoles en Londres. Un plan que busca transformar la compañía para volcarse en el negocio regulado de las redes eléctricas y que centra la expansión futura sobre todo en Reino Unido y Estados Unidos.
La compañía comandada por Ignacio Sánchez Galán ha diseñado un ‘megaplán’ de inversiones de 58.000 millones en tres años, un 30% más que en la anterior versión de su plan estratégico. La compañía acometerá una inversión propia de 50.000 millones y espera que los socios globales en las alianzas que la eléctrica está sellando aportarán 8.000 millones en el próximo trienio. Los planes del grupo pasan por centrar dos tercios de ese esfuerzo inversor en Reino Unido y Estados Unidos, muy por delante de otros mercados clave para la eléctrica como España y Brasil.
Iberdrola ejecutará inversiones de 20.000 millones en Reino Unido hasta 2028 y de 16.000 en Estados Unidos, especialmente para seguir creciendo en el negocio regulado de las redes elécticas en ambos países, que la compañía identifica como los que tienen los “marcos regulatorios estables, predecibles y atractivos”. El grupo destinará 9.000 millones a España y Portugal, 7.000 millones a Brasil y los 5.000 millones restantes se repartirán entre otros países de la UE en que está presente y Australia.
El eje de crecimiento de la compañía para los próximos años pasa por las redes eléctricas, en el que concentrará el 65% de su plan de inversiones, con 37.000 millones en tres años. El objetivo de Iberdrola es llegar a 2028 con una base de activos regulados valorada en 70.000 millones (40.000 millones más que con la que contaba en 2020). Iberdrola tiene previsto realizar inversiones más contenidas en los negocios de renovables y de comercialización, con 21.000 millones de euros. De este montante, el 38% se destinará a la eólica marina; un 24%, en eólica terrestre y un 10% a almacenamiento y otro 10% a solar. El 75% de estos proyectos contemplados en el plan se encuentran ya en construcción.
Con esta estrategia con las redes como motor de crecimiento, la eléctrica prevé alcanzar un récord de rentabilidad, con un objetivo de beneficio neto ajustado de 7.600 millones de euros en 2028, lo que supone 2.000 millones de euros más que la cifra récord de 5.530 millones alcanzada en 2024. La hoja de ruta del grupo contempla alcanzar un beneficio operativo bruto (ebitda) de 18.000 millones de euros en 2028, 3.000 millones más que el año pasado Además, el objetivo de la compañía es que el 75% del ebitda no dependa de los precios energéticos para 2028, volcándose en negocios regulados.
Iberdrola promete que la remuneración seguirá crecinedo en línea con sus resultados, con una lluvia de dividendos de cerca de 20.000 millones entre 2025 y 2028. La eléctrica compromete que destinará a divididendos entre el 65 y el 75% del beneficio por acción, con un suelo de al menos 0,64 euros por título cada año.
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