En el Gobierno no solo han cargado contra el juez Juan Carlos Peinado por su decisión de enviar a Begoña Gómez a juicio por malversación con jurado popular, sino por los tiempos, deslizando un intento de influir en la agenda política y generar con ello el mayor daño posible a Pedro Sánchez. “Las casualidades no existen”, barruntaba un ministro del núcleo duro de Pedro Sánchez, respecto al momento elegido. Apenas 48 horas después de que se abra juicio oral a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, por cuatro delitos, y el mismo día en el que se había fijado una rueda de prensa de Pedro Sánchez para hacer balance de su participación en la semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU.
Entienden así que se busca contrarrestar su perfil internacional, en una cita en la que ha tratado de coger aire con el despliegue de una agenda propalestina, con este nuevo hito en la causa contra su esposa. “Es acoso y derribo”, añadía uno de los colaboradores del jefe del Ejecutivo resaltando que los hitos en el caso Begoña Gómez coinciden con Sánchez “fuera” y antes de comparecer para obligarlo a posicionarse. En esta ocasión muestran una mayor incredulidad y seguridad sobre cómo se juega con los tiempos al asegurar que el momento procesal es “llamativo” porque “no está acabada la instrucción”. No es la primera vez, por tanto, que los avances relevantes en la causa han coincidido con la presencia del jefe del Ejecutivo en cumbres internacionales, como la última de la OTAN, la celebración del G20 o su viaje a la India.
El pasado 25 junio, con Pedro Sánchez en La Haya (Países Bajos) para participar en la cumbre de la Alianza Atlántica donde se resistió a aumentar el gasto en defensa por encima del 2% del PIB, Peinado reclamó al Tribunal Supremo en un auto investigar al ministro de Justicia, Félix Bolaños, en el caso Begoña Gómez. El alto tribunal lo acabó rechazando semanas después, pero entonces obligó a Sánchez a pronunciarse sobre ello en su comparecencia tras la cumbre de la OTAN. El jefe del Ejecutivo se limitó a manifestar, como en otras ocasiones, que “el tiempo pondrá las cosas en su sitio”.
Durante la visita del jefe del Ejecutivo a Río de Janeiro (Brasil) para participar en la cumbre del G20, en noviembre del pasado año, el juez instructor de la causa reclamó a la policía judicial investigar las cuentas corrientes de la esposa del presidente del Gobierno, además de un certificado al registro civil de su acta de matrimonio con sus “anotaciones marginales”. Nuevamente, Sánchez se vio obligado sobre este asunto durante la rueda de prensa que ofreció tras la cumbre. «Si se quiere investigar el estado de las cuentas de mi esposa pues perfecto, porque lo que se verá es que mi esposa es una mujer pulcra, honesta y que tiene un estado de cuentas que refleja la de cualquier profesional trabajadora o trabajador como millones de personas en nuestro país», replicó.
Citación en campaña electoral
El auto cogió a la mujer del presidente también en Brasil, a donde acudió invitada como consorte. Fuera de España, también acompañando a Pedro Sánchez, en este caso en la India a finales de octubre del pasado año, conoció la decisión de Peinado de ampliar la investigación para imputarle dos nuevos delitos relacionados con un software de la Universidad Complutense. Concretamente, apropiación indebida e intrusismo profesional.
El arranque de la investigación coincidió con la precampaña de las elecciones europeas e irrumpió de lleno en su recta final, cuando se conoció su citación como imputada. En aquel momento, Sánchez se abonó a los golpes de efecto para intentar voltear la situación. Recurrió primero a una carta a la ciudadanía para denunciar una supuesta injerencia electoral y pedir una respuesta en la urnas. Después acudió con su esposa a un mitin electoral, centrando el mensaje de campaña de esa jornada en una imagen de respaldo.
A vueltas con el ‘lawfare’
En la rueda de prensa que el jefe del Ejecutivo ofreció al final de su visita, volvió a ser preguntado por esta novedad en el caso que afecta a su esposa. “Donde no hay nada, nada se puede sacar”, replicó. Asimismo, aseguró estar cada vez “más convencido” de que “el tiempo pondrá las cosas en su sitio” y auguró: “Mismas organizaciones ultraderechistas que presentan querella y mismo recorrido”.
Desde el Gobierno no esconden ya su perplejidad ante los pasos de una causa que enmarcan dentro de la guerra sucia judicial contra el presidente del Gobierno. El propio titular de Justicia, Félix Bolaños, despreció el auto al limitarse a comentar que «el sistema de recursos en nuestro país es muy garantista y, sin duda, un tribunal imparcial pondrá las cosas en su sitio, como ya hizo el Tribunal Supremo en este mismo asunto».
Más contudente todavía se mostraron desde Ferraz, para llamar la atención sobre que en “en 48 horas se ha abierto juicio oral a dos personas cuyo único delito es ser familia del presidente del Gobierno”. “Con el tiempo, esto se conocerá como el ‘Caso Peinado’”, concluían en el PSOE.
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