PSOE y Junts tienen más que asumido que este martes decaerá la proposición de ley que ambas formaciones pactaron para delegar las competencias en materia migratoria a Catalunya. La extraña alianza de PP, Vox, UPN, los cuatro diputados de Podemos y hasta un parlamentario de Compromís hará naufragar la iniciativa que ha sido fieramente defendida por socialistas y posconvergentes en un debate en el que los dos partidos se han respetado mutuamente, centrando sus críticas en los populares y los morados.
Con el resultado casi decidido y sin que las últimas horas hayan servido aparentemente para atraer a Podemos al ‘sí’, el diputado del PSOE Pepe Zaragoza ha defendido la constitucionalidad de la norma que, según ha insistido, supone «una delegación de competencias» y no un traspaso de las mismas. «No se trata de quitar competencias a nadie, se llama colaborar, con la ley y la Constitución», ha dicho. A la bancada del PP les ha reprochado que se opongan cuando el expresidente José María Aznar delegó muchas competencias a Catalunya y a Podemos que digan que «defienden mucho la España plural» y este martes voten contra este texto.
Críticas o reproches a Junts, ninguno. Y un trato recíproco ha recibido por parte de la portavoz de los posconvergentes. Miriam Nogueras ha denunciado la «mala gestión» de la migración por parte del Estado y cómo esto ha llevado al «colapso» de Catalunya: «En las últimas décadas hemos asumido más de dos millones de personas y el país y los servicios han quedado saturados». Así, ha lamentado que los «populismos de los dos extremos», en referencia a Podemos y Vox, no vayan a permitir que la Generalitat tenga las competencias para buscar soluciones.
Sin embargo, los reproches de Zaragoza y Nogueras, a la que se han sumado otros socios como ERC y EH Bildu, no han hecho cambiar de opinión a Podemos. El diputado morado Javier Sánchez Serna ha insistido en que la proposición de ley trata la inmigración «como un peligro social». «Podemos está donde tiene que estar, en el antifascismo, en el antirracismo», ha dicho y, a renglón seguido, ha retado a los posconvergentes a aprobar la regularización de 500.000 migrantes que se está tramitando en el Congreso y después hablar de la delegación de competencias.
El día de después
Al margen de la aparente tregua que han escenificado en el debate, la derrota de la iniciativa tensa aún más las costuras de la relación entre PSOE y Junts. El secretario general de los posconvergentes, Jordi Turull, aseguró en una entrevista a EL PERIÓDICO que «no ayuda» que este acuerdo decaiga. No obstante, fuentes del Gobierno apuntan ya a que el plan sigue siendo «favorecer el autogobierno» y que harán todo lo posible para ello.
Además, confían en que la relación con Junts «está bien» y que todos los grupos han asumido cuál es la «realidad parlamentaria», lo que provoca que muchas veces no se puedan materializar los pactos del Gobierno con determinados aliados. Con este argumento bajo el brazo, en la Moncloa confían en que Carles Puigdemont no «culpe» al Ejecutivo de la derrota de este martes.
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