El Barça, sin castigo de LaLiga por el ‘caso Plusvalías’ mientras en Italia sí condenan a Agnelli por el trueque Arthur

Cinco años después de que se abriera la investigación del llamado caso Plusvalías, el FC Barcelona sigue sin ser objeto de investigación.

Por contra, la justicia italiana ha dictado sentencia contra Andrea Agnelli por este caso, una investigación que se hizo pública en mayo de 2021.

El expresidente de la Juventus de Turín aceptó un acuerdo que le impone un año y ocho meses de pena suspendida, además de una inhabilitación temporal para cualquier actividad deportiva.

Se cierra así el denominado caso Plusvalías, un entramado contable que alteró las cuentas del club bianconero y que derivó en su dimisión en 2022 junto a toda la junta directiva.

La condena de Agnelli no llegó sola. Pavel Nedved, antiguo vicepresidente, pactó catorce meses de pena suspendida, mientras que Fabio Paratici, exdirector deportivo, recibió dieciocho meses.

También Cesare Gabiaso y Stefano Cerrato fueron castigados, aunque con sanciones menores. La única excepción fue Maurizio Arrivabene, consejero delegado, absuelto en la vía penal.

Agnelli, presidente de la Juventus


Agnelli, presidente de la Juventus

Juventus FC

La mecánica del fraude

El núcleo del escándalo estuvo en la sobrevaloración artificial de futbolistas para generar beneficios contables inexistentes.

Estas operaciones se produjeron principalmente entre 2018 y 2021 y afectaron a más de cuarenta traspasos.

Según la Fiscalía de Turín, la Juventus llegó a inflar hasta 282 millones de euros en plusvalías ficticias.

La fórmula era sencilla: intercambios de jugadores por cantidades infladas que no reflejaban su valor real de mercado.

Uno de los ejemplos más notorios fue el trueque con el FC Barcelona entre Arthur Melo y Miralem Pjanic en 2020, con valores de 72 millones y 60 millones de euros, respectivamente.

Una operación que permitió a ambos clubes cuadrar balances de forma inmediata, aunque sin base económica real.

Dura investigación en Italia

La justicia italiana actuó con contundencia en dos frentes. Por un lado, la justicia ordinaria investigó el fraude contable y las irregularidades en la comunicación corporativa.

Por otro, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) abrió procesos disciplinarios que terminaron en sanciones deportivas históricas.

La Juventus fue castigada con deducción de puntos en Serie A, la expulsión temporal de competiciones europeas y una multa de 700.000 euros.

Además, varios dirigentes han quedado inhabilitados para ejercer cargos deportivos, con Agnelli sancionado durante 24 meses y Paratici hasta 30 meses.

Las pruebas fueron contundentes: desde el célebre «Libro Negro de F.P.», redactado por Federico Cherubini, que reconocía un uso abusivo de las plusvalías, hasta las interceptaciones telefónicas al propio Agnelli.

Inacción en España

Mientras la Juventus recibía una lluvia de sanciones, el foco se dirigía inevitablemente hacia el FC Barcelona, socio directo en varias de las operaciones.

El intercambio Arthur-Pjanic fue uno de los casos más evidentes, pero también hubo traspasos menores como los de Alejandro Marqués y Matheus Pereira Da Silva.

Sin embargo, en España no se abrió ninguna investigación al respecto ni llamó la atención de los análisis del llamado ‘Fair Play Financiero‘ a los clubes.

LaLiga, presidida por Javier Tebas, denunció a la Juventus ante la UEFA, argumentando que ponía en riesgo la sostenibilidad del fútbol europeo.

Javier Tebas, presidente de La Liga


Javier Tebas, presidente de La Liga

Europa Press

Sin embargo, guardó silencio respecto al FC Barcelona, pese a ser parte activa en las operaciones investigadas en Italia.

Ni hubo denuncia formal ante la UEFA, ni se abrió una investigación interna, ni se trasladó el caso a los tribunales españoles.

El contraste es evidente: en Italia se persiguió con dureza el fraude, mientras que en España el asunto pasó de puntillas.

El caso quedó protegido por un manto de silencio que contrasta con la contundencia que Tebas ha mostrado en otros frentes.

No fue la única operación con plusvalías dudosas en la que se vio implicado el FC Barcelona. En 2023, Zorío, exvicepresidente del Valencia pidió a Anticorrupción investigar una operación del conjunto valenciano con los culés.

En la denuncia se cita expresamente la venta del portero brasileño Neto Murara al Barcelona y la compra al club catalán del también guardameta Jasper Cillessen y en ambos casos se asegura que las operaciones estaban «fuera de mercado».

La presión de UEFA

El caso Plusvalías no solo tuvo consecuencias deportivas y judiciales, también se convirtió en una herramienta política.

La UEFA, presidida por Aleksander Ceferin, utilizó la situación de la Juventus para presionar al club y alejarlo del proyecto de la Superliga.

Según pudo conocer EL ESPAÑOL, la UEFA llegó a amenazar a la Juventus con tres años de exclusión de torneos europeos si no abandonaba públicamente la Superliga.

Finalmente, en 2023, la entidad turinesa comunicó al Real Madrid y al FC Barcelona su intención de desvincularse del proyecto.

La Superliga denunció estas coacciones ante la Audiencia Provincial de Madrid y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, calificándolas como «un arcaísmo propio de regímenes feudales de otras épocas».

Doble rasero difícil de justificar

El desenlace judicial en Italia del caso Plusvalías marca una diferencia que abre debate.

Mientras Agnelli y otros directivos pagarán con inhabilitaciones y condenas, y la Juventus ha visto su imagen erosionada, el FC Barcelona ha salido indemne.

No hubo expedientes, ni sanciones, ni siquiera preguntas públicas al respecto por parte de LaLiga.

La realidad es que los mismos mecanismos de fraude que hundieron a la Juventus se usaron también en operaciones compartidas con el club catalán.

Sin embargo, la asimetría de trato ha alimentado sospechas sobre la actuación de las autoridades españolas que han mirado hacia otro lado ante las posibles irregularidades.

Este silencio se hace más evidente si se tiene en cuenta que LaLiga presume de un control económico estricto que limita plantillas, salarios y fichajes de los clubes españoles.

El caso Plusvalías mostraba una oportunidad para demostrar coherencia, pero el organismo optó por no abrir ninguna vía de investigación contra el Barça.

Arthur Melo ante Pjanic en el Barça-Juve


Arthur Melo ante Pjanic en el Barça-Juve

Juventus

La paradoja resulta aún más llamativa porque fue la propia LaLiga quien pidió a la UEFA actuar contra la Juventus. Una decisión que deja al descubierto un doble rasero: firmeza fuera, indulgencia dentro.

La condena a Andrea Agnelli simboliza el cierre de un ciclo en la Juventus, pero también abre interrogantes en el fútbol europeo.

Italia mostró una voluntad firme de castigar las trampas financieras, mientras que en España se ha preferido mirar hacia otro lado.

El caso Plusvalías pasará a la historia como un ejemplo de cómo la interpretación y aplicación de las normas puede variar según el contexto y los intereses.

Para la Juventus, supuso un terremoto institucional. Para el Barcelona, un episodio incómodo que, de momento, no ha tenido consecuencias.

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