«Los atentados contra la soberanía, las sanciones arbitrarias y las intervenciones se están convirtiendo en la norma», aseguró el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su turno de palabra en la Asamblea General de Naciones Unidas, que ha arrancado este martes y se prolongará hasta el lunes próximo. «Este debería ser un momento de celebración para las Naciones Unidas. Hoy, sin embargo, los ideales que inspiraron su fundación se ven amenazados como nunca antes. El multilateralismo se encuentra ante una nueva encrucijada«. Según Lula, «asistimos a la consolidación de un desorden internacional marcado por sucesivas concesiones a la política del poder».
La palabra del líder del Partido de los Trabajadores fue seguida con especial expectativa, entre otras razones debido a que precedió a su colega norteamericano, Donald Trump, en momentos de un creciente deterioro de las relaciones bilaterales. El discurso sobrevoló de manera permanente a la figura del multimillonario republicano, aunque sin nombrarlo. «Existe un paralelismo evidente entre la crisis del multilateralismo y el debilitamiento de la democracia«, dijo y advirtió: «El autoritarismo se fortalece cuando nos callamos ante las arbitrariedades, cuando la sociedad internacional vacila en la defensa de la paz, la soberanía y el derecho. Las consecuencias son trágicas. En todo el mundo, fuerzas antidemocráticas intentan someter a las instituciones y sofocar las libertades».
El mandatario brasileño sostuvo que «el pueblo palestino corre el riesgo de desaparecer», y volvió a calificar las acciones de Israel en Gaza de «genocidio». A tono con lo expresado el lunes, aseguró que «el hambre se utiliza como arma de guerra y el desplazamiento forzoso de poblaciones se practica con impunidad». Remarcó a su vez que las acciones terroristas de Hamás también «son indefendibles». Lula consideró además necesario allanar el camino hacia una «solución realista» en la guerra de Ucrania.
Los roces con Estados Unidos
La crisis que Brasil tiene con Estados Unidos no es ajena a una situación global asociada al papel que desempeña Washington. Señaló al respecto que la «injerencia en los asuntos internos» de Brasil es «inaceptable». Alertó que «fuerzas antidemocráticas intentan someter a las instituciones y sofocar las libertades» pero su país «ha optado por resistir y defender su democracia» frente a los «falsos patriotas» que «traman acciones». Horas antes de asistir a la Asamblea General, la Casa Blanca había informado sobre nuevas sanciones a funcionarios brasileños. Trump ha combinado la imposición de aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas con acciones contra integrantes del poder judicial y otros estamentos estatales del gigante sudamericano en el marco del juicio contra el ultraderechista Jair Bolsonaro. «Nuestra soberanía no es negociable«, subrayó Lula. «Bajo un ataque sin precedentes, Brasil ha optado por resistir y defender su democracia, reconquistada hace 40 años por su pueblo, tras dos décadas de gobiernos dictatoriales. No hay justificación para las medidas unilaterales y arbitrarias contra nuestras instituciones». Sobre el proceso judicial que desembocó en una condena a 27 años y tres meses de prisión del expresidente, Lula destacó entre aplausos que por primera vez un exjefe de Estado ha sido juzgado por un delito contra la democracia.
El caso venezolano
En medio de las acciones militar estadounidenses en el mar Caribe que derivaron en el hundimiento de cuatro lanchas venezolanas, y frente a los temores de una escalada mayor, Lula defendió la idea de una América Latina como «zona de paz». Sin mencionar a Washington, cuestionó el «uso de la fuerza militar en una situación que no constituye un conflicto» y lo comparó con eliminar personas «sin juicio» previo. Para los medios de prensa brasileños se trató de la declaración más dura de Lula desde que los buques de guerra de Estados Unidos se desplegaron cerca del mar territorial venezolano. Lula defendió el diálogo como única salida para superar la crisis entre Caracas y Washington. Alertó en ese sentido sobre los ataques contra las lanchas que presuntamente llevaban droga a Estados Unidos que las acciones pueden tener «graves consecuencias humanitarias» en la región.
Por último, Lula aludió a las muertes del expresidente uruguayo José Mujica y el Papa Francisco. Ambos, dijo, encarnaron los valores humanistas de la Asamblea General de la ONU. «Necesitamos líderes con una visión clara que entiendan que el orden internacional no es un juego de suma cero. El siglo XXI será cada vez más multipolar. Para ser pacífico, no puede dejar de ser multilateral».
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