Mientras Bad Bunny culminaba su histórica residencia en Puerto Rico que impactaron la economía de la isla con 713 millones de dólares y conseguía ser portada de The New Yorker, en los estudios de COPE en Madrid se libraba otra batalla cultural. Carlos Herrera, director y presentador del programa matutino más escuchado de España, se mostraba contundente al opinar sobre «Debí tirar más fotos», el sexto álbum del artista puertorriqueño: «Me parece un tonto cantando que no sabe cerrar la boca». La declaración, emitida durante el espacio «Herrera en COPE» que lidera las mañanas radiofónicas con 2.763.000 oyentes diarios, ha desatado un intenso debate sobre los límites de la crítica cultural y la recepción de la música latina en España.
El incidente se produjo durante la sección de actualidad cultural del programa, cuando la co-presentadora Pilar Cisneros intentaba contextualizar la relevancia del nuevo trabajo de Bad Bunny: «Portada de la revista New Yorker, 13 nominaciones, 31 conciertos consecutivos en Puerto Rico… Impacto económico para la isla: 713 millones de dólares«. Cisneros destacaba además cómo el concierto de clausura transmitido por streaming a través de Prime había sido trending topic durante todo el fin de semana, con más de 600.000 personas asistiendo a los conciertos. Frente a estos datos abrumadores, Cisneros abogaba por dar una oportunidad al álbum: «Este álbum ‘Debí tirar más fotos’ es también un canto de amor a la esencia de Puerto Rico. Está lleno de orgullo, de nostalgia y del deseo de que Puerto Rico mantenga su esencia».
Jorge Bustos: “Yo me siento incapaz de vencer mi prejuicio”
Sin embargo, las impresiones de sus compañeros de programa fueron notablemente menos entusiastas. Jorge Bustos, colaborador del espacio, calificó la música como «un atentado acústico» y añadió: «Parece que le falta un trozo de lengua». Bustos se mostró consciente de sus posibles prejuicios al admitir: «Yo me siento incapaz de vencer mi prejuicio contra Bad Bunny. A lo mejor me estoy equivocando y es uno de los grandes genios de nuestro tiempo». Esta autocontemplación contrastaba con la firmeza de Herrera, quien tras escuchar fragmentos del álbum sentenció: «Bueno, sí, un horror, pero es lo que hay» antes de emitir su ya polémico veredicto final .
La reacción de Herrera parece ignorar deliberadamente la dimensión cultural y política del álbum, reconocida por la crítica especializada internacional. «Debí tirar más fotos» ha sido descrito como un «ardiente homenaje a la cultura, la historia y las tradiciones de Puerto Rico, expresado mayormente en términos de reacción ante las prácticas colonialistas estadounidenses» . El propio Bad Bunny ha declarado respecto a este trabajo: «Yo sigo siendo yo. No me estoy metiendo en la política. La política se mete en mi vida porque la política afecta mi país, afecta a Puerto Rico». El artista añade: «Soy puertorriqueño, soy caribeño y por mi sangre corre mi música, mi cultura, mi historia y la de mi tierra. En el momento más alto de mi carrera y mayor popularidad quiero mostrarle al mundo quién soy yo, quién es Benito Antonio, quién es Puerto Rico» .
El éxito de ‘Debí tirar más fotos‘
Musicalmente, el álbum representa un significativo alejamiento de los sonidos que llevaron a Bad Bunny a la cima comercial. Lejos del trap y el reggaetón más convencional, «Debí tirar más fotos» fusiona estos géneros con la salsa, la plena (género tradicional puertorriqueño) y el folklore jíbaro de las zonas montañosas de la isla . Este enfoque ha sido elogiado por publicaciones como Billboard, que destaca cómo el disco «mezcla a la perfección la plena y la salsa con géneros como el house y, por supuesto, el reggaetón» . La revista Vogue México lo describe como «un recordatorio no de latinidad, sino de humanidad» .
El disco incluye además sofisticadas críticas sociales, como en «Lo que le pasó a Hawaii«, donde Bad Bunny «alerta sobre que a Puerto Rico le puede pasar lo que a Hawái, convertido en uno de los 50 estados de Estados Unidos después de arrinconar a la población nativa» . Otras canciones como «Bokete» utilizan metáforas sobre los hoyos en las carreteras puertorriqueñas como símbolo de lo averiado que el artista ve a su país .
Bad Bunny cantando, en San Juan (Puerto Rico)
La opinión de Carlos Herrera sobre Bad Bunny
Pilar Cisneros intentó durante el programa destacar estas dimensiones del álbum, señalando que «no todo es reggaetón» y poniendo ejemplos de las fusiones con ritmos tradicionales. Tras escuchar algunos fragmentos, Jorge Bustos admitió: «Pues por lo menos digamos que es una superación del sonido tribal que nos has puesto antes». Sin embargo, Herrera se mantuvo inamovible en su postura: «No, corazón. Yo beso por dónde pisas, pero… no, no, no, no, no estoy preparado. Seguramente es culma mía» .
El incidente refleja la brecha generacional y cultural que persiste en la recepción de artistas latinos globales como Bad Bunny en algunos sectores mediáticos españoles. Mientras Herrera y Bustos representan una postura de abierto rechazo, Cisneros encarna una recepción más abierta y contextualizada que reconoce el valor cultural del trabajo más allá de preferencias personales.
La controversia se produce en un momento de máximo éxito para COPE, que según los últimos datos del Estudio General de Medios (EGM) ha batido su récord histórico de audiencia con 3.813.000 oyentes diarios, liderando el crecimiento de la radio generalista en España . «Herrera en COPE» ha sumado 273.000 oyentes adicionales en la última medición, un incremento del 11% que consolida su dominio en el ‘prime time’ radiofónico matutino .
Paradójicamente, esta no es la primera vez que Bad Bunny genera reacciones contundentes en España. El artista puertorriqueño ha mantenido una relación compleja con el país, donde por un lado ha vendido miles de entradas para sus conciertos mientras por otro ha recibido críticas de sectores conservadores. Recientemente, el artista había realizado una peculiar promoción de su disco en Madrid, repartiendo productos típicos puertorriqueños con una furgoneta por las calles del centro de la ciudad .
El álbum incluye incluso referencias a la cultura española, con guiños a Rosalía -a quien presenta como «ejemplo de superación personal»- y a Jarabe de Palo, citando el verso «por un beso de la flaca yo daría lo que fuera» en su canción «Weltita» . Expertos consultados por ABC han identificado incluso la expresión «lelolai«, popular del canto jíbaro puertorriqueño, como un vocablo flamenco con origen en el pueblo gitano .
Más allá de la anécdota, el incidente en COPE plantea cuestiones relevantes sobre el papel de los medios en la contextualización cultural y la crítica musical. Frente a la descripción de «horror» y «atentado acústico», la crítica especializada internacional ha recibido el álbum con entusiasmo. El País lo describe como «un fabuloso álbum de tintes comprometidos que se puede bailar, sentir, llorar y hasta sentir el palpitante orgullo de los músicos que participan» ,
mientras que MondoSonoro destaca cómo «Bad Bunny no olvida el reggaeton como extensión inseparable de él mismo y su tierra —’aquí nací yo y el reggaeton’— regalándonos varios clásicos instantáneos» .
La discrepancia entre la recepción especializada y los comentarios en el programa de COPE ilustra la brecha que a veces separa la crítica profesional de la opinión mediática convencional. Mientras Herrera califica a Bad Bunny de «tonto cantando», la revista Vogue México elogia cómo el artista «toma varias decisiones que hacen que su discurso sea todo menos parafernalia para la mampara promocional» .