Que nadie despierte al Unicaja y a Málaga entera de este sueño, que dura ya casi tres años y que no queremos que se acabe nunca. El Unicaja conquistó este domingo, en Singapur, la Copa Intercontinental FIBA 2025. O sea, que los cajistas son, «oficialmente», el mejor equipo del mundo del baloncesto FIBA. Un título que ganaron antes el Real Madrid, el FC Barcelona, el Zalgiris, el Panathinaikos, el Olympiacos o el Maccabi de Tel Aviv, por citar solo algunos ejemplos.
Doce meses después, en el mismo sitio, a la misma hora y contra el mismo rival, el NBA G League United americano, el Unicaja volvió a demostrar que es un equipo con un gen ganador especial. Alguno dirá que esta competición es poca cosa, pero para levantar el trofeo al cielo singapurense ha habido que hacer antes muchas cosas y muy bien. Primero, ganar en mayo la BCL en Atenas y ahora, recién iniciada la temporada, sin muchos entrenamientos de grupo y con falta de frescura, ir a la otra punta del mundo a ganar tres partidos en cuatro días.
Perry penetra a canasta. / FIBA
Memoria
En este momento de vino y rosas, en los que todo va cuesta abajo, también debe ser un ejercicio obligatorio mirar hacia atrás para valorar todavía más este glorioso presente. Por si a alguien se le ha olvidado, este mismo Unicaja multicampeón de todo estaba fuera de cualquier competición europea hace ¡tres veranos! Entonces, tuvo que jugar una fase previa para poder jugar la BCL. Desde entonces, 8 finales y 7 títulos entre Copa del Rey, Supercopa Endesa, BCL y Copa Intercontinental. Casi nada.
Partido duro
En el primer gran día de la temporada 2025/2026, el equipo tuvo que sufrir para llegar a la meta. El primer tiempo estuvo a remolque de un rival mejor y que en un par de ocasiones amenazó con irse por encima de los 10 de diferencia. Los de Ibon Navarro tuvieron paciencia para esperar su momento. En el tercer cuarto, metieron la directa y con un parcial de 23-5 dieron el puñetazo encima de la mesa definitivo. Después ya fue cuestión de nadar y guardar la ropa para poder celebrar la victoria final.
Mal arranque
El principio del partido la verdad es que fue descorazonador. El G League United tiró de físico para pasar por encima de un Unicaja «a verlas venir». Sin acierto en el tiro, sin buena predisposición defensiva, con 2 faltas cometidas muy rápido por Kalinoski y con un 0-10 en el marcador, tras tres minutos y medio de partido, Ibon Navarro cambió a sus 5 jugadores en cancha. Kravish rompió el tapón del aro americano, pero no cambió el guion. Los americanos jugaron mucho mejor, con más intensidad, más concentrados y sabiendo lo que tenían que hacer. El marcador se fue al primer parón con 11-21.
Cinco puntos seguidos de Kalinoski dieron aire al equipo, cuando peor estaba en el marcador, 16-28. Remó y remó el Unicaja, que fue reduciendo la desventaja en el marcador. Lástima varios tiros abiertos que no entraron y que impidieron estar más cerca de ellos. Con 27-31, el entrenador de la G League pidió tiempo. A los verdes les dio tiempo para acercarse a 3 al descanso: 33-36.
Segundo tiempo
Era obligatorio mejorar mucho a partir del tercer cuarto. Un 9-0 de salida puso a los verdes, por fin, por delante (42-36). La sensación cambió por completo. Se vio entonces a ese Unicaja dominador, duro atrás y rápido en las transiciones. El técnico de la G League pidió un tiempo. Pero la dinámica ya era otra. Un triple de Tillie puso el 49-38. La diferencia siguió subiendo y el partido se fue al final del tercer cuarto con un ya más lógico 56-41, tras un incontestable 23-5 en esos 10 minutos.
El Unicaja, con todo ya de cara, supo jugar con su ventaja y con la cuenta atrás en el marcador. Los verdes disfrutaron, por fin, del partido, que se cerró con el 71-61 final.
Campeones
No se le puede pedir más al arranque del nuevo curso. Victoria y título intercontinental para las vitrinas de ese museo que está a punto de poner en marcha el club. Ahora toca viajar y descansar porque esto ya no para y el sábado espera en el Carpena el Valencia Basket para jugar la primera semifinal de la Supercopa Endesa Málaga 2025. De momento, toca disfrutar.