La presencia de Cruz Roja en el Puerto de Las Palmas atraviesa un momento delicado. La organización humanitaria, que desde hace décadas ocupa una nave junto al Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Onda Atlántica, podría quedarse sin sede si no se desbloquea el traslado a la nueva parcela que le fue concedida dentro de la zona portuaria. Así lo ha confirmado la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Beatriz Calzada, que advierte de que la concesión vigente está ya en camino de caducidad.
«Cruz Roja tiene una concesión, no un acuerdo internacional como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y esa concesión incluye plazos de inicio y de finalización de las obras de la nueva nave. Esos plazos se han incumplido y eso nos coloca en una situación complicada», explica Calzada, que recuerda que cuando se firmó el acuerdo inicial entre el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la propia Autoridad Portuaria y la entidad, se pactó que la organización trasladaría sus instalaciones a otra parcela ya asignada en el interior del Puerto para que el espacio que ocupa ahora mismo quedara libre para el futuro desarrollo del proyecto Puerto-Ciudad. Entre esa nave y la que ocupa el PMA, Las Palmas de Gran Canaria recuperarían 50.000 metros cuadrados que se destinarían a zonas verdes y de ocio y esparcimiento para la población.
No ha pedido prórroga
En el caso de Cruz Roja, precisa la presidenta de la Autoridad Portuaria, la concesión está prevista hasta el 3 de octubre de 2031, aunque existían plazos intermedios que marcaban el inicio y el final de las obras que no se han respetado y a los que estaba sujeta la vigencia de la autorización para ocupar suelo en el Puerto. Concretamente, el 15 de mayo de 2023 se prorrogó el plazo de ejecución de las obras por 12 meses a partir del 1 de enero de 2024. Posteriormente, el 4 de junio de ese año se pidió que se ampliara a 18 meses a partir de la fecha en la que se preveía concluir el procedimiento para la contratación, que era el 1 de octubre, por lo que la fecha final sería el 1 de abril de 2026.
Naves de Cruz Roja en el Puerto de Las Palmas. / Andrés Cruz
Sin embargo, un año después del momento en el que debía haberse adjudicado los trabajos, para los que el Consistorio capitalino había aprobado un presupuesto de cinco millones de euros, no se ha dado ningún paso al respecto.
Ante este panorama, la institución humanitaria solicitó en dos ocasiones prórrogas para poder cumplirlos y ambas le fueron concedidas. Sin embargo, la última de ellas ya ha vencido y no se ha vuelto a pedir otra, asevera Calzada. En la ubicación actual, la concesión es hasta 3 de octubre de 2031, pero al ser un único título que vincula la concesión actual al traslado de la nave, si no se cumplen los plazos, la caducidad supone que Cruz Roja no puede seguir en la nave actual, por incumplimiento de las condiciones de su concesión.
Sin fondos propios
«Cruz Roja nos traslada que no tiene capacidad económica para afrontar la construcción de la nueva nave. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria había licitado ese proyecto, pero en estos momentos esa licitación está paralizada. Mientras tanto, el tiempo corre y la concesión sigue incumpliéndose», agrega.
El riesgo, insiste, es que cuando expire el permiso actual, la entidad no tenga a dónde ir: «Lo que no quiere nadie es que Cruz Roja termine fuera del Puerto porque no dispone de la nueva ubicación, pero si no se actúa con rapidez, esa es la consecuencia que se derivará de la caducidad de la concesión».
Una situación diferente
El caso del PMA, que también ocupa una nave en la misma zona, es distinto puesto que a diferencia de Cruz Roja, no opera con una concesión portuaria, sino que su presencia está regida por un acuerdo suscrito entre el Gobierno de España y la ONU, lo que le otorga una cobertura jurídica diferente.
Por ese motivo, matiza Calzada, «no tiene los mismos condicionantes ni plazos», si bien «mientras esa nave no se traslade no se puede ejecutar plenamente Puerto-Ciudad».
Puerto-Ciudad
El traslado de las naves se enmarca en el proyecto Puerto-Ciudad, una transformación urbanística largamente anunciada para integrar La Luz con Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, según la presidenta, cuando llegó al cargo lo que había era apenas «una foto, una idea», pero no un proyecto técnico definido.
En ese sentido, apunta que el equipo técnico de la Autoridad Portuaria detectó que algunos de los planteamientos iniciales eran inviables. Por ejemplo, cita Calzada, no era posible eliminar la Avenida de los Consignatarios, que constituye la entrada y salida sur del Puerto, ni resultaba factible el soterramiento de la vía previsto en el diseño inicial, ya que chocaba con el intercambiador.
«Lo que hemos hecho es seleccionar qué partes de esa idea se pueden desarrollar de manera realista y cuáles no. El objetivo es avanzar por fases, con intervenciones que transformen la zona sin comprometer la seguridad ni la operatividad del Puerto, porque lo primero es garantizar que el Santa Catalina, que es un muelle de cruceros con las mayores exigencias de seguridad internacional, siga funcionando con todas las garantías», subrayó.
Urgencia
Mientras, la urgencia de Cruz Roja persiste. «El tiempo pasa, y la concesión tiene plazos», asevera la presidenta de la Autoridad Portuaria. «Hemos sido flexibles, hemos concedido prórrogas, pero si no hay avances la realidad es que la nave actual caducará y no habrá otra lista para ocuparla. Y eso, evidentemente, pondría en riesgo la continuidad de Cruz Roja en el Puerto de Las Palmas», concluye Beatriz Calzada.
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