un estudio lo demuestra y gana el «Nobel más rebelde»

Aprender un nuevo idioma no siempre es fácil ya que, más allá de los conocimientos académicos, se necesita una cierta audacia para lanzarse a hablar una lengua distinta, con sus característicos sonidos, entonación y vocabulario. Hay quien dice que una copa de alcohol puede ayudar a desinhibirse ante este reto. Pero como de suposiciones no se vive, un grupo de científicos se propuso poner a prueba esta hipótesis y, gracias a ello, acaban de ser galardonados en con un ‘IgNobel’, un galardón científico que emula a los prestigiosos premios Nobel pero que, a diferencia de estos, premian a las investigaciones más sorprendentes (y aún así reales) del panorama internacional. Su conclusión es clara. Y es que tomarse un par de copas puede ayudar no solo a hablar otros idiomas sino incluso a mejorar la pronunciación. Y hay pruebas científicas que lo demuestran.

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