Pedro Sánchez ha dado una alegría a muchos jóvenes, porque el presidente del Gobierno anunció un plan de ayudas destinadas a menores de 35 años que quieran tener una vivienda en propiedad. Esta medida ha sido recibida positivamente por la población, que la percibe como una oportunidad para que miles de jóvenes accedan a su primera casa. Sin embargo, algunos economistas, como Santiago Niño Becerra, han criticado el plan argumentando que podría agravar el ya afectado mercado inmobiliario.
El presidente del Gobierno anunció que los jóvenes que residan en un piso de alquiler con opción a compra podrán beneficiarse de una ayuda estatal de 30.000 euros, siempre que cumplan con los requisitos que se establecerán una vez aprobada la medida. Esto será un apoyo imprescindible para miles de personas menores de 35 años, porque si no fuera de esta manera, no podrían adquirir ningún inmueble.
Los jóvenes necesitan más de 7 años de su sueldo íntegro para comprar una casa
Comprar una vivienda en España se ha convertido en una misión casi imposible para los jóvenes. En la última década, el precio medio de la vivienda ha subido cerca de un 30%, mientras que los salarios apenas han avanzado en torno a un 7%. El desfase es tan grande que, según el Banco de España, en 2023 se necesitaban de media 7,3 años de salario íntegro para poder adquirir una vivienda, frente a los 6 años que se requerían en 2014. Además, en ciudades como Madrid o Barcelona, la cifra se dispara a más de 9 o 10 años.
A este encarecimiento hay que añadir las condiciones que imponen los bancos, porque en muchos casos exigen un ahorro previo del 20% del valor de la vivienda para la entrada, más un 10% adicional para impuestos y gastos. Esto supone que, para un piso de 180.000 euros, un comprador debe tener unos 50.000 euros ahorrados antes de poder hipotecarse, una cifra prácticamente inalcanzable para la mayoría de los menores de 35 años. Además, cada mes tendrían que destinar el 40% de los ingresos para poder pagar la hipoteca.
Más ayudas es igual a más demanda
Las ayudas de 30.000 euros para que los jóvenes se compren una vivienda suenan muy bien, pero en la práctica, muchos economistas han advertido que puede tener graves consecuencias.
Según el catedrático, la raíz del problema no está en la falta de ingresos de los jóvenes, sino en la escasez de oferta. El precio aumenta porque no hay casas suficientes para tantas personas que las buscan. Berra piensa que «ese no es el camino, porque esas medidas no incrementan la oferta de viviendas, que es donde reside el problema».
El economista es muy claro, porque «faltan viviendas». En su cuenta de X (antes Twitter), el profesor incide en que si existiesen más inmuebles disponibles, especialmente públicos o sociales, los alquileres se moderarían de manera natural y el mercado volvería a los valores de hace unos años, permitiendo a los jóvenes comprar una casa sin necesidad de esperar tanto tiempo.
Niño Becerra también recuerda que este tipo de ayudas y planes no son nuevos en España, porque «con variaciones, se están siguiendo políticas similares desde 1955». Estas estrategias centradas en incentivar la demanda sin atender a la oferta solo conduce a tensar aún más los precios.
En este sentido, el economista cree que la prioridad debería ser impulsar la construcción de vivienda asequible y social, en lugar de inyectar más dinero en un mercado ya tensionado.