El Levante rompe el cascarón de las victorias por todo lo alto

El mayor alivio que existe en Orriols es la sensación de que el Levante de Julián Calero ha encontrado su camino. Tardó tres partidos, pero se dio cuenta de que la timidez no es una vía de salvación en Primera. La permanencia exige valentía y descaro, y en ambos aspectos, el Levante sabe desarrollar sus virtudes navegando en el atrevimiento. Así fue el método sobre el que escaló a la élite y así, según lo acontecido en Girona, pretende quedarse en ella. Habrá diferentes partidos a lo largo del trayecto, al igual que múltiples contextos en los mismos, pero su primera victoria de la temporada, gracias a los goles de Etta Eyong, Carlos Álvarez, Iván Romero y Koyalipou, recuperó la identidad que llevó a los de Julián Calero al éxito y le sirve para mirar al futuro con optimismo. Sin complejos y desde el convencimiento de que el camino es el correcto.

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