El Gobierno de Sánchez aboga por una respuesta coordinada con Latinoamérica para afrontar el fenómeno de la desinformación en español

Con 570 millones de hablantes, 470 de ellos nativos, el español es la cuarta lengua más hablada del mundo, tan solo por detrás del inglés, el chino mandarín y el hindi. Esta realidad, que facilita enormemente la comunicación entre países situados a miles de kilómetros de distancia, posee un inquietante reverso: su atractivo como vehículo de propaganda y desinformación. Ante la celebración, el año que viene en Madrid, de la XXX Cumbre Iberoamericana, el Ministerio de Exteriores español acaba de celebrar una conferencia, bajo el título ‘El entorno de la información en español como campo de batalla de la desinformación’, donde expertos de ambos márgenes del océano Atlántico debatieron las «amenazas informacionales en el ciberespacio en español» y abogaron por una respuesta coordinada entre estados y actores privados para fomentar la «soberanía digital y la resiliencia narrativa» frente al ímpetu de fuerzas y agentes malignos externos.

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