El ascenso de Javier Milei al poder en Argentina supuso el desmantelamiento del sistema de ayudas estatales a los creadores cinematográficos de aquel país, y la solidaridad que el Festival de San Sebastián ha mostrado con ellos desde entonces sin duda explica la elección de la película que esta noche abre de su 73ª edición, una de las tres producciones argentinas -sí, tres- que este año aspiran a la Concha de Oro.
Dirigida y protagonizada por Daniel Hendler, uruguayo afincado en Buenos Aires desde hace décadas, ‘27 noches’ es una comedia que se inspira en hechos reales -el caso de una octogenaria que fue internada en un psiquiátrico en contra de su voluntad por parte de sus hijas y a la que se diagnosticó erróneamente un deterioro psicológico- para reflexionar con humor sobre la importancia del cuidado de la salud mental y los prejuicios que imponemos sobre nuestros mayores. Es una película indudablemente afable pero, eso sí, más adecuada para ser visionada en el salón de casa a la hora de la siesta -no en vano es una coproducción de Netflix- que ejercer de película inaugural y aspirar a premio en un festival de prestigio internacional.
El apoyo de sus organizadores al cine argentino es solo uno de los motivos por los que la política promete ser uno de los grandes protagonistas del certamen a lo largo de los próximos nueve días. Su equipo organizador emitió un comunicado para condenar el genocidio en Gaza, y la defensa de la causa palestina promete hacerse explícita repetidamente en galas, ruedas de prensa y demás actos públicos.
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