No había okupas ni drogas. La explosión de un local en Vallecas (Madrid) que causó dos muertos y 25 heridos se originó en el sótano de un local en el que vivían un inmigrante colombiano y su pareja. La investigación de la Policía, dos de cuyos vídeos se ofrecen en este reportaje, ha descubierto que en el sótano del edificio de la calle Manuel Maroto, número 3, el inquilino (que pagaba alquiler al dueño y no tenía ningún problema con la ley) estaba haciendo unas obras para instalar unas planchas de pladur en las paredes y aislar así el sótano-casa de los pisos superiores y de la calle.
La Policía Científica, que ayer seguía realizando labores de investigación entre los restos del sótano y la primera planta del edificio, incluido el restaurante peruano en el que resultaron heridas varias personas, ha descubierto también que el inquilino del sótano, un ciudadano colombiano llamado Fabio, había utilizado también en las obras espuma de poliuretano.
Sin ventanas
El sótano, en el que había ya una lavadora y un pequeño inodoro, no tenía ventana alguna, ni a la calle, ni a ningún patio. La principal hipótesis de la Policía Científica es que los gases generados en la obra quedaron allí embolsados y que algo provocó la explosión. El detonante aún no se ha averiguado y la Policía investiga incluso si pudo ser que el inquilino encendiera un cigarrillo. De hecho, los investigadores han confirmado que el hombre era fumador.
En la explosión murió Fabio, el inmigrante que vivía en el sótano, y un amigo suyo, Cristian, que aquel día, el pasado sábado, había ido a visitarlo. Resultaron heridas 25 personas más, sobre todo clientes del restaurante peruano que compartía el bajo del edificio con el primer piso.
La investigación policial ha revelado que el inmigrante fallecido pagaba su alquiler al dueño del sótano. También, que habían solicitado los permisos necesarios al ayuntamiento de Madrid para convertir ese local en vivienda habitada. Según las fuentes consultadas por este medio, no habían recibido respuesta.
Sin suelo
Los vídeos de la Policía muestran los tremendos destrozos causados en el edificio. En el primero, los agentes inspeccionan la planta baja, donde se encontró uno de los cadáveres. No quedan tabiques, el suelo ha desaparecido y se advierte un agujero desde donde se ve el sótano, donde se encontró el segundo cuerpo. Incluso se ve parte de la instalación de pladur que el inquilino había realizado allí. Al fondo, a la derecha, se ve lo que queda del restaurante peruano.
Otro vídeo obtenido por el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica muestra el estado en que quedaron las viviendas del primer piso. Se ve un televisor y un perchero. Quedan algunas fotografías en las paredes que han resistido. El suelo también ha desaparecido, como los tabiques. Los vecinos no podrán volver a sus casas al menos hasta dentro de una semana.