El Barça visitaba Inglaterra y qué mejor que un futbolista inglés para conquistar Newcastle y mandar a ‘Las Urracas’ a la lona. Marcus Rashford, en su primera gran noche de azulgrana, dio a los de Flick su primera victoria en la Champions con dos zarpazos que enmudecieron a St James Park (1-2) [Narración y estadísticas del partido de la Champions].
Entró por sorpresa en el once inicial ante la lesión de Lamine Yamal y respondió con creces para justificar el porqué de su fichaje por el Barça. Apareció en el momento justo, cuando su equipo todavía no había disparado a puerta, y dejó dos obras de arte dignas de crack.
Primero conectó un gran cabezazo desde el punto de penalti y después se inventó un latigazo desde la frontal que no existía para mandar el cuero al fondo de la red después de que tocara en el larguero. Dos zarpazos en menos de 10 minutos que sirvieron de alivio para Hansi Flick.
No se rindieron los hombres de Eddie Howe. Gordon recortó distancias en el 89′ cuando su equipo parecía deambular sobre el terreno de juego y los siete minutos de añadido fueron un hervidero total que bien pudieron aguar la fiesta del Barça y de Rashford.
Poco juego
El fútbol entiende de estados de ánimo y eso fue lo que guió al Newcastle en los primeros minutos frente al Barça. Salieron con el cuchillo entre los dientes, a mil revoluciones, y con un público entregado a la causa en el regreso de la Champions a St James’ Park dos años después.
Un arranque eléctrico en el que Anthony Elanga fue un verdadero dolor de cabeza para Gerard Martín en lo particular y para toda la zaga azulgrana y Hansi Flick en líneas generales. El extremo inglés, con el colmillo y desborde que costaron 62 ‘kilos’ a las ‘Urracas’, puso auténticos caramelos a sus compañeros para que abrieran la lata.
Primero en el minuto cinco, enviando el cuero al punto de penalti para que Gordon rematara al aire y después a los 24 de juego con una cabalgada al espacio y un centro raso al segundo palo para que Barnes rematara a placer. Era gol o gol, pero Joan García salvó de forma magistral con el pie.
Fue lo más reseñable de un Newcastle que entró lleno de energía, pero al que el Barça fue aplicándole dosis de cloroformo para adueñarse del partido con el paso de los minutos. Esa era la primera tarea de Flick, y la consiguió de forma eficaz.
Tampoco ofreció demasiado el Barça en los primeros 45 minutos. Pedri no estuvo cómodo, a Fermín le taparon bien… El único daño podía llegar por la banda de Raphinha. No le encontraron demasiado al brasileño y los azulgrana apenas dispusieron de acciones muy claras de gol.
Las únicas, una cabalgada de Rashford que acabó con un remate al lateral de la red y un intento de volea de Raphinha que salió muy defectuoso. No realizó ninguna parada Pope. Joan García dos. Todo ello en una primera parte con más intensidad que fútbol.
Momento Rashford
No cambió el guión tras el paso por los vestuarios. El Barça dominaba sin excesivo sufrimiento y dio el primer golpe sobre la mesa de la mano de Marcus Rashford. El británico, que ya había perforado dos veces en su carrera las redes del St James’ Park, se estrenó como goleador azulgrana de la mejor manera posible.
Koundé puso un centro al punto de penalti y ahí apareció la figura del británico para conectar un cabezazo ante la pasividad de la zaga del Newcastle y hacer inútil la estirada de Nick Pope. Fue el primer disparo del Barça a puerta y acabó en el fondo de las mallas.
Fue también el primer gol de Rashford con la camiseta azulgrana y nueve minutos después, en el 67, marcó uno de los mejores goles de la jornada. Controló en la frontal, hizo dos amagos y se sacó un latigazo mandando el balón a guardar después de que tocara en el larguero. Un gol de crack.
Enmudeció St James’ Park. Un compatriota suyo se encargó de dinamitar todas sus opciones de sorpresa y el Newcastle dejó de ser una amenaza. Realmente no lo había sido en toda la segunda mitad.
Mientras tanto, el Barça no hizo otra cosa que contemporizar y buscar algún contragolpe cuando los de Howe atacaban a la desesperada. No llegaron a concretar prácticamente ninguna acción, se notó el cansancio en las piernas, pero acabaron sellando un triunfo en un feudo complicado.
Los jugadores del Barça celebran el segundo gol de Rashford.
REUTERS
Gordon recortó distancias en el minuto 89, se añadieron siete minutos, pero el Barça fue capaz de calmar las aguas y controlar el cuero durante toda la prolongación.
El Barça de Flick comienza a carburar. El parón fue un toque de atención y poco a poco se empieza a parecer a aquel equipo que asustó por toda Europa el curso pasado. Primero golearon sin piedad al Valencia, el Newcastle fue la segunda víctima y el domingo reciben al Getafe en busca de seguir creciendo.